La Unidad de Cirugía Maxilofacial Infantil del Hospital Universitario Virgen del Rocío realizan unas 135 intervenciones quirúrgicas anuales a estos pequeños que nacen con esta compleja deformidad que requiere también de tratamiento por parte de otorrinolaringólogos, logopedas y ortodoncistas.

Profesionales y familiares de niños que han nacido con una fisura en el labio o en el paladar se han reunido hoy en el Hospital Universitario Virgen del Rocío para compartir información sobre la atención, el seguimiento y el tratamiento integral de estos pequeños pacientes que nacen con esta compleja deformidad.

El proceso, que está coordinado por los profesionales de la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial hasta que los menores cumplen 20 años, incluye a profesionales de distintas unidades del hospital dado que hay que ir abordando los problemas de salud que van apareciendo a medida que el niño va creciendo. Así, y en líneas generales, es frecuente que estos cirujanos inicien el procedimiento con una reconstrucción de los labios entre los tres y los cinco meses de edad, y una reconstrucción del paladar abierto en torno al año de vida.

De hecho, estos especialistas reciben y tratan en torno a 35 nuevos niños cada año que han nacido con este problema, que intervienen junto con otro centenar de cirugías para ir corrigiendo los defectos que van apareciendo con el crecimiento del menor. Con estas 135 intervenciones al año, la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Virgen del Rocío es de las que más casos opera en España, y la única que opera a niños en Sevilla y Huelva. Y es que la formación de centros de referencia multidisciplinares y su consecuente acumulación de experiencia resulta fundamental a la hora de contrarrestar este complejo problema y poder garantizar una buena calidad de vida a los nacidos con una fractura en el labio o en el hueso palatino.

Los otorrinolaringólogos tienen un papel fundamental en evitar la pérdida de audición asociada a esta malformación y evaluar el habla en los cinco primeros años del niño. El trabajo de los médico rehabilitadores y  logopedas resulta vital para que los pequeños aprendan a comunicarse sin generar vicios en el habla y son un pilar básico sobre el que se apoyan los cirujanos a la hora de tomar la decisión de nuevas cirugías.

En muchos pacientes con fisura labiopalatina el crecimiento de la cara se frena durante el desarrollo, es fundamental el papel de los ortodoncístas, quienes luchan por favorecer un crecimiento armónico de la cara, una correcta posición  de los dientes  y una adecuada oclusión dental; su trabajo permite una correcta masticación y una adecuada estética dental.

En las edades tempranas, el trabajo de los médicos neonatólogos, pediatras y enfermeras del hospital también contribuye a vigilar la normal alimentación del pequeño que ha nacido con esta malformación oral.