Verónica Durán (Sevilla, 1972) ha sido nombrada nueva directora de la Feria del Libro de Sevilla a la cabeza de un equipo integrado también por Nuria Lupiáñez (Sevilla, 1978), que asumirá tareas de adjunta a la dirección y de directora de comunicación. Ambas están vinculadas a la organización de la Feria desde hace quince años y su experiencia ha sido determinante para que la Asociación Feria del Libro de Sevilla haya depositado en ellas la confianza para liderar esta nueva etapa tras la marcha de Javier López Yáñez (que dirigió el evento desde 2002 hasta la pasada edición).

La Asociación Feria del Libro está integrada por todas las entidades representativas del sector, libreros, editores y fundaciones culturales, y es la encargada de marcar las principales directrices del evento y de elegir al equipo que lo organiza y gestiona. En este sentido, el pasado mes de julio encargó a Durán y Lupiáñez un proyecto para la próxima edición de la Feria del Libro -prevista que se celebre del 3 al 13 de mayo de 2018- que, en palabras de la presidenta de la Asociación, Esperanza Alcaide, “nos ha ilusionado mucho, por su carácter innovador pero también respetuoso con el camino que hemos recorrido hasta ahora”.

Durán, licenciada en periodismo y coordinadora en los últimos años de la cita literaria, asume el reto siendo muy consciente de que “somos un evento consolidado”, por lo que ha manifestado que “la intención no es hacer borrón y cuenta nueva, pero tampoco podemos dejarnos llevar por las inercias”. De ahí que, desde la base, incluso en la propia estructura directiva, hayan planteado cambios para hacerla menos piramidal, más diversa y colaborativa, “y por ello, creemos, también, más eficaz”.

Este mismo carácter abierto y participativo es el que quieren trasladar a todo el evento con el objetivo de lograr una mayor implicación del sector y establecer sinergias con el resto del ámbito cultural y de la sociedad. “Queremos conseguir la mayor simbiosis posible entre la Feria y su entorno, estar más presentes en las agendas y en las conversaciones, que el ambiente de Feria se respire por toda la ciudad”, añade Lupiáñez, directora de la agencia de comunicación Édere y experta en gestión cultural.

Como no podía ser de otra forma, una de las principales tareas que se ha marcado la nueva dirección es incentivar la mayor asistencia de lectores a la Feria y por tanto, conseguir un crecimiento de las ventas, lo que ambas tienen claro que pasa por una mayor variedad en los fondos editoriales disponibles. “Muchos lectores no buscan en la Feria las novedades sino libros más diferentes o especializados. Queremos pedir a las librerías mayor diversidad y motivar la participación de nuevas editoriales sin romper el necesario equilibrio”, aseguran.

En esta línea, y para conseguir una mejor experiencia del visitante, el objetivo a medio plazo es también optimizar la actual instalación y estudiar la posibilidad de nuevos espacios para actividades, exposición e información. Se trata de conseguir también un recinto más atractivo estéticamente, por eso este año está previsto conceder unos Premios a las casetas valorando su aspecto, cómo tienen expuestos los fondos, cómo están decoradas, etc.

Otro de los pilares esenciales de esta nueva etapa será dar un paso más en la calidad y variedad de la programación. “Las actividades son una de las grandes señas de identidad de nuestra Feria y aunque funcionen, no podemos conformarnos, tienen que ser mejores y más diversas. Para ello, no solo vamos continuar con nuestro modelo, en el que recibimos las propuestas de distintas entidades y colectivos y las organizamos sino que vamos a tener un papel más activo”, explica la directora que asegura que ya se está trabajando en el tema central de la Feria y en otras líneas de la programación “y vamos a trasladar a patrocinadores y colaboradores, tanto a los actuales como a posibles nuevas incorporaciones, ideas concretas buscando que las financien”, adelanta. En este sentido, una de las prioridades será establecer contacto con entidades internacionales con vistas a lograr una mayor presencia de autores de otros países.

La tercera pata fundamental del proyecto es la comunicación, no entendida como algo accesorio sino con un carácter transversal, que abarca a todos los demás aspectos. “No en vano somos un evento cuya vocación máxima es la difusión y el fomento de la lectura y sin una buena comunicación, esto no es posible. Además, sólo comunicando lo que es y lo que sucede en la feria contribuimos a contagiar la pasión por la lectura”, defiende Lupiáñez.

Así, la comunicación pasará a desempeñar un papel más proactivo proponiendo y desarrollando acciones dirigidas a acercar los libros y la lectura a nuevos públicos. Igualmente, se ampliarán las labores de gabinete a todo el año con el objeto de potenciar la marca de la FLS como un evento dinámico y vivo, por un lado, y de trabajar en la mejora de la comunicación interna entre los miembros de la asociación y del sector en general, por otro. Del mismo modo, se apostará por un modelo integrador donde los ciudadanos puedan contribuir con sus aportaciones.
Tanto en lo económico como en la aportación de actividades, la Feria del Libro de Sevilla tiene como principales apoyos al Instituto de la Cultura y las Artes (ICAS) del Ayuntamiento de Sevilla y al Centro Andaluz de las Letras (CAL) de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. También cuenta con la contribución de la Diputación Provincial de Sevilla, la Fundación Cajasol, el CICUS (Universidad de Sevilla), la Universidad Internacional de Andalucía, el Centro de Estudios Andaluces, la Fundación José Manuel Lara y el grupo ANAYA, entre otros colaboradores. Afianzar estos patrocinadores y colaboradores y la búsqueda de nuevas aportaciones públicas y privadas son también dos de los grandes retos de la nueva dirección.