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Hospital de Valme/SA

La juez ha imputado al ascensorista del Valme tras atribuir la Policía el accidente a un «fallo humano». La instructora lo ha citado a declarar el 18 de enero de 2018 después de que la Policía hable de «fallo humano» como «única hipótesis factible».

La juez de Instrucción número 1 de Sevilla ha citado a declarar como investigado al operario de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital Virgen de Valme donde el pasado 20 de agosto falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada tras dar a luz a su tercer hijo, todo ello después de que la Policía Nacional haya concluido que el accidente se debió a un «fallo humano» del ascensorista.

De este modo, y tras recibir el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en relación al accidente, la magistrada ha citado a declarar el día 18 de enero en calidad de investigado, a partir de las 09.30 horas, al ascensorista de la empresa de ascensores Orona, y a dos peritos, según han informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

Todo esto después de haberse descartado fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor, según el atestado policial, la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista». Los agentes señalan que el operario tuvo tiempo desde que recibió la alerta de la centralita hasta que se produjo el accidente para realizar algún tipo de actuación.

Pudo activarse el freno de mano

A ello se suma, según la Policía, que «no se ha podido explicar cómo se produjo el desbloqueo del freno del ascensor que provocó la subida del mismo a gran velocidad y con las puertas abiertas», de forma que «la única hipótesis que no se ha podido comprobar es la de que se produjese apertura del freno de mano».

Esta técnica, según explican los agentes, «consiste en accionar manualmente la palanca de freno del ascensor para hacer que este se eleve cuando se encuentra atrapado entre dos plantas», y se utiliza «de manera habitual por los ascensoristas.

No obstante, «hay que cumplir una serie de medidas de seguridad previas a su aplicación», como desconectar el interruptor general, comprobar en qué posición se encuentra la cabina e informar al pasajero, o comprobar que todas las puertas están cerradas, todo ello «para evitar que el ascensor suba de manera descontrolada, puesto que al aplicar esta técnica se desactivan todos los elementos de seguridad del mismo».

«Si efectivamente se produjo la manipulación del freno de mano, se puede establecer gracias a la declaración del celador que transportaba a la fallecida, que dichas medidas de seguridad no se efectuaron», asegura la Policía, que afirma que «no se ha podido encontrar ninguna explicación técnica al por qué de la apertura de la puerta trasera de la cabina del ascensor siniestrado, quedando abierta la posibilidad de que fuese consecuencia de una manipulación manual».