Ahora sí, giramos hacia Kansas City. En esta avenida un rostro de un hombre mira fijamente hacia la carretera. El significado de que tenga mitad de la cara pintada de colores y la otra mitad con puntos naranjas pocos lo saben, aunque muchos conjeturan.
“Yo creo que simboliza cómo un hombre de una ideología se cambió al comunismo, porque tiene el símbolo de esta ideología reflejado en la camisa, por eso cada mitad de la cara de una forma, como si simbolizara las dos caras que tuvo…”, explican algunos visitantes que acuden a la zona.
Sus autores, los rusos Stepahn Krasnov y Tseluyko Andrey, también han elaborado un rostro en una pared cercana. Sus obras se basan en tiras cómicas de los años 60.
A su lado, el mural del artista ecuatoriano Nelson Román. Su obra, ‘El cacique banana y sus guerreros’, “tiene que ver con una reconquista cultural de los latinoamericanos hacia occidente. Es casi como un mito inventado, que regresan como en una banana, y llegan trayendo el oro en sus cuerpos, casi como guerreros… tiene un simbolismo de antropofagia cultural”, cuenta a Sevilla Actualidad el muralista.
A escasos diez metros observamos un mural amarillo donde se muestra la cara de una persona. De sus orejas salen dos ruedas de carruaje y encima de su cabeza aparece arrodillada una “persona” con dos caras que salen desde un cuadrado sobre el que se asienta una casa y un par de árboles.
Continuando nuestro recorrido, en la plaza Martirio de San Andrés hay plasmado un mural del español Matías Mata. Este artista, que lleva casi 20 años pintando, refleja una mujer de rasgos sudamericanos con una mirada intrigante que sostiene a su bebé con un pañuelo de colores típico del lugar.
Recorriendo las callejuelas cercanas nos topamos con un mural de quince metros aproximadamente que muestra la necesidad de practicar sexo seguro.
Y un par de bloques detrás el alemán Christian Wahle muestra una mujer que abre una jaula de la que salen varias palomas. A sus pies tan sólo hay elementos destructivos: un tanque de guerra, un jarro lleno de dinero, los tentáculos de un pulpo o una calavera…
La obra muestra la liberación de esa mujer, que ha roto las cadenas que la unían a esos elementos oscuros que sólo proporcionan infelicidad. Ha conseguido liberarse a sí misma y con ello a las palomas que sobrevuelan a su alrededor.
ado, que regresan como en una banana, y llegan trayendo el oro en sus cuerpos, casi como guerreros… tiene un simbolismo de antropofagia cultural”, cuenta a Sevilla Actualidad el muralista.
Continuando nuestro recorrido, en la plaza Martirio de San Andrés hay plasmado un mural del español Matías Mata. Este artista, que lleva casi 20 años pintando, refleja una mujer de rasgos sudamericanos con una mirada intrigante que sostiene a su bebé con un pañuelo de colores típico del lugar.
una jaula de la que salen varias palomas. A sus pies tan sólo hay elementos destructivos: un tanque de guerra, un jarro lleno de dinero, los tentáculos de un pulpo o una calavera…