Las inquietudes de los estudiantes de la Hispalense estos días, se observan más revueltas que de costumbre. Los problemas que han acarreado el inicio del nuevo curso, han llevado a una serie de movilizaciones que no encuentran precedentes en la historia reciente de dicha universidad, al menos de la forma que se han sucedido.

Carlos Orquín. Como ha informado Sevilla Actualidad estos días, la implantación del Artículo 27, del nuevo Reglamento de Actividades Docentes, ha levantado ampollas entre los alumnos afectados por el mismo, bastantes en el conjunto de la universidad. Muchos, ven imposible compatibilizar sus horarios, se encuentran aulas repletas donde no se pueden sentar o han tenido problemas con su matrícula, en general.

La historia del artículo de la discordia comienza a finales del año pasado y prosigue en este febrero con la aprobación del nuevo Reglamento General de Actividades Docentes en el que se enmarca. Este reglamento se presenta al Claustro de la Universidad de Sevilla el 16 de diciembre de 2008 como una pauta que sirve para ordenar sus estructuras de docencia a las convergencias europeas a las que está obligada por Real Decreto.

El Claustro, formado por representantes docentes, de alumnos y del Personal de Administración y Servicios (PAS) votó ese día sin llegar a la mayoría absoluta, requerida con 140 votos a favor. Se emitieron de acuerdo sólo 132 por lo que se tuvieron que retomar las votaciones durante los meses siguientes.

Esto, fue cuestionado por el Cadus, el Consejo de Alumnos de la US y tras algunos intentos a principios de febrero, finalmente se hizo una votación el día 10. En la misma, se emitieron 189 votos a favor y 28 en contra, en unas condiciones poco transparentes, según algunos delegados. Por tanto, el reglamento se aprobó finalmente.

Un mes después, el 11 de marzo, tienen lugar elecciones al Cadus, saliendo ganadora la formación de delegados actual. Esta nueva delegación comenzó una pugna con el rectorado rechazando la aprobación de éste y otros reglamentos que se han propuesto con un planteamiento muy tajante, sin acceso al diálogo, según los alumnos.

En concreto, también se rechazó el Reglamento General de Estudiantes, votado el 19 de marzo y con vigencia desde el 1 de abril. Éste, según los representantes estudiantiles, limita la capacidad de decisión de los mismos al aplicar un quórum mínimo para que las asambleas sean vinculantes. En concreto, la de hoy tiene que estar respaldada por unos 3.000 alumnos para que las decisiones tomadas en ella se puedan materializar.

En muchas de las ocasiones que tuvieron los delegados, se denunciaron estas imposiciones, sin mucho caso por el resto de los estudiantes. Pero los verdaderos problemas no llegan hasta el pasado 7 de septiembre, día en el que comienzan los primeros procesos de automatriculación por internet y los alumnos se encuentran de frente con el Artículo 27.

Éste, obliga a los alumnos a matricularse de asignaturas suspensas de otros cursos antes que las del curso presente. Así, los grupos de algunas asignaturas se ven desbordados al coincidir los alumnos nuevos y los que la tenían suspensa. Además, si se exige la asistencia obligatoria  en asignaturas que coinciden en horarios, el alumno sabe que una de las dos la suspenderá seguro, aún estando obligado a pagarla. Por tanto, el curso siguiente tendrá que matricularse de nuevo con un alto sobrecoste, si quiere aprobarla algún día.

En Derecho se han llegado a cortar las clases por desbordamiento de alumnos en algunas aulasPor esto y por problemas como la mala gestión llevada a cabo en secretarías de algunos centros, donde se colgaba el teléfono a los alumnos que llamaban para preguntar por el colapso de la red en los primeros días de automatrícula, muchas quejas fueron presentadas ante órganos como el Vicerrectorado de Estudiantes o el Defensor del Universitario.

Desde entonces y hasta ahora, las delegaciones de cada centro han convocado asambleas de alumnos para tratar estos temas. Esto es algo que no había sucedido en muchos años en centros como la Escuela Superior de Ingenieros (quien celebró la asamblea ayer mismo), pero que sí es habitual en otros. En estos foros públicos de decisión, los delegados propusieron la asamblea general de hoy, que ha paralizado las clases de 11:00 a 15:00 horas.

Así, este paro acordado por el Cadus en el pasado pleno del día uno de octubre, es interesante desde la óptica de la actitud de los estudiantes, muy pasiva en los últimos tiempos. Muchos de ellos no sabían que existían tales opciones o ni siquiera conocían qué es una asamblea.

En estos tres años anteriores ha habido acciones en contra del EEES pero no de forma coordinada por todos los representantes de alumnos. Nunca todas las facultades (desde tiempos ya históricos como la transición) habían paralizado su actividad a la vez. Ahora, cuando los alumnos piensan que las políticas de adecuación a este espacio superior se aplican con perjuicios en su contra, se plantean esta movilización más masiva.

El papel de la Asamblea en la US

Las asambleas en la US están reguladas por el Reglamento de Estudiantes anteriormente citado. La universidad está obligada a poner en disposición los medios necesarios para realizarla: micrófonos, estrado, personal para el recuento, etc.

La existencia de las mismas es un derecho que no existe en casi ninguna otra universidad española y es fruto de intensas movilizaciones en los años 80. Ahora, se retoman en protesta por el Artículo 27, demostrando cierto aumento de participación por parte de los alumnos y acudiendo a ellas como recurso que tenían olvidado.

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