Después de la contravertida propuesta del cierre al tráfico del casco antiguo, el Ayuntamiento se Sevilla continúa otras propuestas que se dirigen al tráfico: el soterramiento de Bueno Monreal podría ser realidad en noviembre, en los próximos días arranca el de la Ronda del Tamarguillo y el alcalde propone una reducción de la velocidad hasta los 30 kilómetros por hora.
Sevilla Actualidad. El Ayuntamiento de Sevilla sigue apostando por lo que ellos creen una ciudad más segura para conductores y peatones, además de agilizar la fluidez del tráfico.
Después de la propuesta tan reñida del cierre completo al tráfico del casco antiguo y la polémica suscitada en torno al soterramiento de Bueno Monreal, las obras continuarán en este lugar a la vez que en los próximos días comenzarán las obras del soterramiento de la Ronda del Tamarguillo.
La unión temporal de empresas (UTE) constituida entre los grupos Tecysu y Bruesa para soterrar la avenida Cardenal Bueno Monreal, proyecto promovido con cargo al Programa de Transición al Empleo de la Junta (Proteja), mantiene los «plazos» comprometidos para que el túnel esté operativo a principios de noviembre, aunque la llegada de nueva maquinaria pesada podría anticipar la conclusión de los trabajos.
El concejal de Movilidad, Francisco Fernández, inspeccionó ayer las obras en las intersecciones de la avenida Cardenal Bueno Monreal con la avenida de la Palmera y avenida de Manuel Siurot, escenario en el que informó de que a día de hoy, ha finalizado el desvío de los servicios públicos afectados y ha comenzado la construcción de las pantallas del túnel, cuya distancia total alcanza 463 metros «de rampa a rampa» con un soterramiento integral de 308 metros para salvar las mencionadas intersecciones.
Las pantallas del túnel estarán «ancladas» a 22 metros de profundidad dadas las características del terreno en cuestión y hasta el primero de los tramos de la obra, que corresponde a la confluencia de las avenidas de La Palmera y Cardenal Bueno Monreal, se ha desplazado ya «maquinaria pesada» para avanzar en los trabajos de construcción. Francisco Fernández informó de que la previsión de la UTE es «traer una segunda» máquina pesada para que comience a operar en el tramo de calicata correspondiente a la confluencia con la avenida de Manuel Siurot.
No obstante, «la empresa sigue manteniendo los plazos de construcción, para octubre o principios de noviembre, cuando podrá entrar en servicio», dijo el concejal de Movilidad en cuanto a apertura del túnel, que podría anticiparse en función de la llegada de la nueva maquinaria pesada y dado el «buen rendimiento» del equipo que afronta estos trabajos adjudicados por más de 5,7 millones de euros.
En cuanto al proyecto promovido también con cargo al Proteja para soterrar la avenida de Andalucía en su confluencia con la Ronda del Tamarguillo, el edil de Movilidad informó de que han finalizado los preceptivos sondeos geotécnicos en el entorno de la zona sometida a actuaciones, así como la localización de los servicios públicos que se verán afectados por las obras, «fundamentalmente cables de Sevillana Endesa».
A 30 kilómetros por hora
Además de las obras para mejorar la agilidad del tráfico, ha sido ahora el alcalde de la ciudad, Sánchez Monteseirín, quiere abrir un debate sobre la seguridad vial en la ciudad poniendo en marcha medidas para ajustar la velocidad del tráfico con el fin de que la ciudad sea más segura para peatones y ciclistas.
La medida ya se ha venido dando en ciudades como Barcelona o Zaragoza, donde la medida ya es efectiva en la misma manera que pretende el edil sevillano implartarla en la ciudad.
La propuesta del regidor pasa por reducir la velocidad máxima permitida hasta los 30 km/h en las zonas más sensibles de la ciudad, como son todas las calles con un único carril de circulación, las zonas denominadas puntos negros y en el carril derecho de algunas vías de gran capacidad que sean especialmente transitadas por ciclistas y peatones.
Esta iniciativa se basa en el hecho de que, según los estudios técnicos elaborados al respecto, la moderación de la velocidad tiene un efecto muy directo en la seguridad vial de peatones y automovilistas, sin repercutir negativamente en la movilidad de los ciudadanos puesto que para los automovilistas, un trayecto medio de 15 minutos en una población el nuevo límite de 30km/h sólo supone un minuto más en la duración del trayecto.