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La leyenda del fantasma de Sor Úrsula, una monja fallecida en tiempos de la peste en el Hospital de las Cinco Llagas, se ha mantenido en el imaginario común sevillano hasta la actualidad, con este edificio sirviendo como sede del Parlamento andaluz.
Aunque no resulte una sorpresa que surjan leyendas oscuras en lugares en los que se han producido muchas muertes, como es el caso de un hospital, lo peculiar de esta historia es que aún a día de hoy muchos aseguren haber visto a Sor Úrsula, todavía envuelta en su hábito, surcando los pasillos del determinante conjunto que se erige frente a La Macarena.
Este tenebroso relato data del siglo XVII, periodo durante el cual Sevilla fue uno de los núcleos más afectados por la peste. Sor Úrsula se dedicaba al cuidado de enfermos en el ahora inexistente Hospital de las Cinco Llagas, labor a la que muchas otras monjas se dedicaban alrededor de todo el país, como parte de su compromiso con la caridad cristiana.
Sor Úrsula: «el Fantasma del Parlamento»
La protagonista de esta historia, por otra parte, era reconocida por su mano dura y su intransigencia a la hora de hacer cumplir el reglamento de este antiguo centro sanitario, llamado coloquialmente Hospital de la Sangre. Por tanto, los enfermos allí ingresados no se sintieron especialmente dolidos cuando falleció mostrando síntomas de la peste.
Desde entonces, como alma en pena por la que nadie veló, recorre el Parlamento de Andalucía, espantando ocasionalmente a un sinfín de testigos que a lo largo de las décadas han difundido lo que hoy es uno de los mitos sevillanos por antonomasia.
Entre dichos testigos, siempre destaca especialmente un paciente en este hospital durante los 70, última década en la que estuvo activo. Mientras se fumaba un cigarro, reparó en que una monja le recriminó fumar en un estado de salud delicado. Al poco tiempo, recordó con un escalofrío que en ese hospital ya no trabajaban monjas.
Por la situación de salud delicada de este testigo, muchas personas han dudado de la credibilidad de sus palabras a lo largo de los años. Ahora bien, igual que se cuestiona a este testigo, otros muchos han confirmado la presencia de Sor Úrsula: políticos, agentes de policía, guardias de seguridad…
Queda a juicio de cada uno si este relato esconde algo de verdad o simplemente es una historia más para distraerse en una noche de aburrimiento, pero no cabe duda de que algo en ocasiones eriza la piel de quienes trabajan en el Parlamento, especialmente de noche.