De vuelta a 1992. Nuestro reconocimiento de hoy se encuentra en unos terrenos al NO de la ciudad conocidos como La Cartuja o la Isla de la Cartuja (41092), una zona que antaño recibió dicho nombre por encontrarse en su parte meridional el Monasterio de la Cartuja de Sevilla, antiguo cartujo de Santa María de las Cuevas. Un lugar que acogió a la Exposición Universal de Sevilla 1992, también conocida de forma popular como Expo '92 o simplemente la Expo, y que no es la primera vez que viene a esta tribuna por un motivo u otro, véanse Calle Arquímedes, Calle Marie Curie o Calle Euclides. Y la razón en este caso es la misma de las anteriores, estamos ante un símbolo más que por entonces causó la admiración de niños y adultos -“Papá, ¿ese cohete es de verdad? ¿va a despegar?”-, y que como tantos otros anda algo “olvidadito” de atención y cuidado. No en vano han transcurrido treinta y un años sin prestarle la menor atención y mimo, una casi total ausencia de mantenimiento que se hace evidente a simple vista por la pérdida de la serigrafía o el desprendimiento de algunas piezas. Por si no cae, me refiero a la réplica del cohete ‘Ariane 4’ que se encuentra instalada en el Pabellón del Futuro, allá en el Camino de los Descubrimientos, una de las tres grandes vías que discurren y atraviesan la Expo a lo largo de su superficie, es decir en dirección N-S, siendo la que está más al este y próxima a la dársena del río Guadalquivir.

Réplica sevillana del cohete Ariane 4. Pero no una cualquiera, ni muchísimo menos, y vea porqué le digo esto: uno, se hizo a partir de la misma maqueta que utilizó la empresa Airanespace al fabricar la lanzadera Ariane 4, que llevaría al espacio el satélite Hispasat ese mismo año, un satélite que por cierto también cuenta con una réplica en dicho pabellón; dos, es de las pocas maquetas escala 1:1 que existen de la misma el mundo; tres, fue fabricada en Francia y se trasladó a Sevilla en convoyes especiales hasta Hendaya, desde allí en tren hasta la capital hispalense y después en camiones hasta la Expo. Toda una odisea para el que es uno de los símbolos del afán explorador del ser humano, a la vez que parte de la memoria colectiva de nuestra ciudad.

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Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)