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La Universidad de Sevilla se embarca en un proyecto ambicioso cuyo telón de fondo es fomentar la investigación y favorecer el desarrollo tecnológico en un marco europeo globalizado. Investigadores de la Escuela superior de Ingenieros participan en el proyecto ‘Biobanking and Biomolecular Resources Research Infraestructure’ (BBRMI).

Sevilla Actualidad. Diferentes profesores del centro de ingeniería superior de la Hispalense, dirigidos por el doctor Ramón Risco, están participando en el proyecto europeo BBRMI. En principio cuenta con una inversión de 7 millones de euros y la finalidad principal es poner en marcha un catálogo en el que se integren los diferentes biobancos que existen en Europa y a la vez hacer una conexión en red entre ellos.

Con la realización de este proyecto, en el que también colabora la Red Andaluza de Banco de Tumores, se dará un servicio extra a los científicos que podrán realizar estudios sobre los factores ambientales y genéticos que provocan las enfermedades. Estos estudios le servirán para fabricar las herramientas de diagnóstico más precisas y de este modo acelerar el descubrimiento y desarrollo de medicamentos. «El objetivo de nuestro grupo de trabajo es conservar células tumorales con las mayores garantías», hizo saber Risco.

Los biobancos son colecciones de material biológico, es decir contienen muestras de ADN, tejidos, células y sangre, y la información que acompaña a cada una de ellas como lo son los registros médicos, información ambiental, estilo de vida y seguimiento. Con el proyecto actual se pretende concretar las conexiones entre los biobancos europeos y facilitar de esta manera el acceso al material humano que contienen.

Europa posee un elevado número de biobancos en los hospitales y centros de investigación, aunque rara vez se encuentran conectados entre sí y, como explicó recientemente a Cordis el coordinador del proyecto de la BBMRI, Kurt Zatloukal, «nadie sabe quién tiene qué en Europa». A todo esto se añade la dificultad de acceso que en multitud de casos se tiene hacia estos biobancos.

La situación ha conducido a una gran duplicación de esfuerzos, puesto que cada biobanco ha desarrollado sus propias herramientas para recopilar y almacenar los materiales y la información adjunta, así como los programas informáticos correspondientes para analizar todo lo anterior y el marco ético y jurídico que rige los usos que se da al material. Esta diversidad significa que el integrar todos estos recursos será una tarea complicada.

Otro factor negativo con el que cuentan los biobancos es el de la financiación, ya que en la mayoría de los programas de investigación se cuenta con una duración de tres a cinco años, pero el material que poseen tiene el potencial de abastecer a los investigadores durante muchos años más.

La BBMRI es una de las infraestructuras destacadas en el Foro Estratégico Europeo sobre Infraestructuras de Investigación (ESFRI) en su informe de 2006. Con este proyecto se pretende poner en conocimiento a modo de preámbulo las bases que se han de sentar en cuanto a las infraestructuras abordando las barreras financieras, éticas, jurídicas y técnicas que se oponen a su desarrollo.

El consorcio del proyecto consta de 52 participantes y 150 socios de toda Europa. Las partes interesadas, ya sean pacientes, agencias de financiación y personal clínico, están también representadas a través de un foro creado para la ocasión.

El primer reto para los socios será preparar un catálogo de los biobancos existentes en Europa. Estos incluyen grupos de población, grupos de pacientes con enfermedades determinadas, registros de gemelos y datos de poblaciones aisladas.

Después de esta primera toma de contacto con el proyecto se investigarán las mejores fórmulas para cuyo fin ese integrar los biobancos existentes y los futuros en una misma red. Esto implicará la creación de estándares armonizados para la recogida, el almacenaje y el análisis de las muestras biológicas y los datos asociados.

Otra sección del proyecto tomará como estudio principal el esfuerzo en asegurar la financiación a largo plazo del mantenimiento de la BBMRI. Los socios del proyecto intentan hallar la forma de movilizar fondos nacionales, europeos y privados con los que asegurar la sostenibilidad de la infraestructura a largo plazo.

En conclusión, el mayor reto al que se enfrentan los socios del proyecto es el marco ético y jurídico que rige la recogida y el uso de estas importantes muestras. Los pocos Estados miembros que poseen una legislación específica al respecto han ideado soluciones bien distintas, con la correspondiente multiplicidad de procedimientos en este campo.