(Continuación) Al parecer y siempre según la historia, Euclides, hombre de natural amable y modesto, le explicó que la adquisición de un conocimiento, en este caso de geometría, ya era de por sí una ganancia, un valor en sí mismo que no necesitaba recompensa aparte. Algo que es cierto, y sin duda una buena enseñanza por parte del sabio, sin embargo, no debió quedar muy convencido del efecto enseñante de la misma, de haber logrado el aprendizaje deseado por parte del alumno, ya que se dirigió a uno de sus servidores con la cita de marra: “Dale una moneda y que se marche. Lo que éste busca no es el saber, es otra cosa”.

Tan poco convencido como estoy, yo mismo, yo de la veracidad de esta otra cita-anécdota, vamos que no me la creo. Y eso que no se puede negar que es lo suficientemente ideal y ocurrente, como para utilizarla de ejemplo ejemplificador (perdón); sí, es ideal, pero tal vez lo sea demasiado, más bien tiene toda la pinta de ser apócrifa, máxime si tenemos en cuenta que hasta la propia existencia de Euclides anda en entredicho. Como ven, más o menos, tres cuartos de lo mismo del sucedido con los regios caminos geómetras de Ptolomeo I.

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Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)