«Si hay una profesión en la que la corrupción está instalada de manera más intensa es el periodismo». Esta frase pronunciada por Pablo Iglesias podría resumir lo que, como conclusión, pudieron sacar ayer las casi setecientas personas que acudieron a la cita organizada e impulsada por la Facultad de Comunicación de Sevilla en la Escuela de Ingenieros de la Universidad, en colaboración con la revista CTXT, que edita el libro. Los profesores Javier Pérez Royo y Aurora Labio, junto al decano de la Facultad, José Luis Navarrete, acompañaron a Iglesias en la mesa de ponentes.

Desde el inicio del acto, de libre entrada y al que acudieron cámaras y periodistas de algunos de los principales medios en España, se respiraba un ambiente de mitin. El auditorio se entregó al invitado, quien a su entrada recibió el primero de los muchos aplausos multitudinarios que se sucederían a lo largo de la tarde, al grito de «sí, se puede». Iglesias aprovechó la ocasión para mandar algunos mensajes relacionados con la actualidad política, pero centró su discurso en una crítica feroz y sesgada a la profesión periodística. La frase que más sorprendió a los periodistas y estudiantes que acudieron a la cita fue la que pronunció Iglesias, afirmando que «el desprestigio en la profesión periodística es una magnífica noticia para la democracia».

Uno ya esperaba, sin embargo, que el invitado fuera por estos derroteros, puesto que su libro se titula ‘Medios y cloacas: así conspira el Estado profundo contra la democracia’ y el motivo de cualquier presentación como la que ayer tuvo lugar es la promoción de dicha obra de mano de su autor. Lo reseñable del acto fue la sensación compartida de haber acudido a un mitin de partido, propiciada además por los propios profesores que acompañaron y arroparon el discurso de Pablo Iglesias y que desde el inicio hasta a su término, sin ronda de preguntas, negó cualquier matiz discordante con la línea que se había marcado, bloqueando el supuesto debate que, según afirmó la profesora Aurora Labio tras la presentación, habían generado.

Javier Pérez Royo: “El Antiguo Régimen no ha dejado de operar en España”

Quien habló primero fue José Luis Navarrete, decano de la Facultad y presentador del acto, que, agradeciendo a varios de sus colegas haber posibilitado la celebración del mismo, introdujo la obra de Iglesias definiéndola como «un texto que trata de estudiar la realidad y reflexionar sobre ella». Con la toma de la palabra por parte del profesor Javier Pérez Royo, célebre catedrático de Derecho Constitucional y ex candidato de Podemos por Sevilla en 2015, se inició realmente la ponencia. Royo quiso hacer un repaso cronológico a la historia reciente de España desde la Restauración del siglo XIX, subrayando una idea recogida, según Royo, en el trasfondo del libro de Pablo Iglesias: «En España no ha habido una Transición democrática, sino una segunda Restauración borbónica». Haciendo mención a la historia de algunos países europeos, afirmó que «la monarquía española es la única monarquía de Europa que sigue reinando tras el Antiguo Régimen. Aquí aún no hemos acabado con el Antiguo Régimen, que no ha dejado de operar a excepción del período de 1931». Y, en relación a ese año, señaló: «1931 ha sido la única ocasión en la que se ha ejercido el poder constituyente del pueblo español de una manera genuina». El auditorio aplaudió tras su intervención.

Respaldaría a Royo posteriormente Iglesias, afirmando que la Transición a la democracia «fue una restauración de las dinámicas de poder, del bloque de poder. La Transición es la historia del éxito de una oligarquía que siempre se ha salido con la suya».

Pablo Iglesias «cae mal»

Royo dio paso a la profesora Aurora Labio, quien también trató de ejemplificar las tesis del autor en varias «estrategias de manipulación» ejercidas por los medios en España, mostrando portadas de prensa de las distintas etapas desde la fundación de Podemos, partido del que fue líder y fundador Pablo Iglesias. «Pablo cae mal a la gente, y era necesario hacer un análisis de la imagen que los medios han ofrecido de Podemos y sus líderes». Entre las estrategias mencionadas destacó «el anticomunismo recuperado», «la manipulación de la imagen» o «El descrédito y la criminalización feminista».

Iglesias, de Ferreras: «Es una figura central del poder»

Durante su intervención, de unos cuarenta minutos de duración, Pablo Iglesias tomó el relevo de quienes le acompañaban haciéndose eco de lo que aquellos habían dicho de su libro, con especial énfasis en la «corrupción» de los medios de comunicación, representada fundamentalmente por Antonio Ferreras, presentador de Al Rojo Vivo en La Sexta -cadena gracias a la cual nació Podemos-, de quien dijo que «es una figura mediática central del poder» porque de no ser así «Sánchez no lo llevaría a la Moncloa». Tomó la referencia de uno de los capítulos de su libro, dedicado al presentador, en el que se menciona un audio en el que Ferreras cuenta al comisario Villarejo que cuando desde ARV se le da «una hostia a Podemos, a ellos (Podemos), les duele de cojones».

Iglesias explica en su intervención que esto lo consigue gracias a que la «pluralidad de voces» que acuden a su programa le reviste de un «prestigio» entre los votantes de la formación morada.

Yolanda Díaz, la elegida por el poder mediático

Pablo Iglesias se cuidó de no mencionar directamente a su sucesora en el cargo como vicepresidenta segunda durante toda la presentación. Sin embargo, su figura desfiló entre líneas por algunas de las frases que el ex líder de Podemos dejó caer mientras radiografiaba lo que él entendía como un poder mediático «controlado por el poder económico» y, por tanto, por la derecha social y política. Según Iglesias, el movimiento del 15-M que dio origen a Podemos fue «en un principio» respaldado por el poder mediático «de izquierdas» que «simpatizaba» con la causa progresista, pero que en el momento en que «tocaron poder» aquello acabó. Dicho esto, y haciendo referencia al presente y a las «mentiras que se vierten» sobre Irene Montero e Ione Belarra, afirmó: «El objetivo sigue siendo destruir Podemos. Eligen bando de manera inequívoca porque necesitan proteger la estructura del Estado mediático».

Regular la propiedad de los medios de comunicación

Las referencias a Pedro Sánchez, en cambio, sí fueron directas. Sin abandonar el hilo de una derecha mediática que controla todo el panorama del periodismo en España, hizo una advertencia al presidente del Gobierno, que según él trataba de «ganarse el favor» de La Sexta: «Si Pedro Sánchez piensa que los propietarios de La Sexta van a ayudarle a que en España vuelva a haber un gobierno de coalición progresista es un ingenuo». A continuación, retomó el debate que se había generado entre él y Carmen Calvo (PSOE) durante el programa del Ágora de Hora 25 en la Cadena SER, del que es colaborador semanal, sobre la propuesta de regular la propiedad de los medios de comunicación por parte el Estado en base al resultado en proporción de escaños en el Congreso de los Diputados. «A mí siempre me han acusado de querer controlar las televisiones: pues evidentemente. No puede ser que los medios sean sólo de derechas. ¿Cuál es el problema de legislar para que los medios no estén en manos de millonarios?» Añadiendo: «Ojalá el PSOE hubiera sabido que la primera cosa que debían haber hecho es cambiar la correlación de fuerzas mediáticas en España».

Polémica en redes

Una vez acabado el acto, que finalizó sin ronda de preguntas, los periodistas allí reunidos no tuvieron oportunidad de cuestionar ninguna de las afirmaciones que allí se habían hecho respecto a la profesión, de modo que el debate se generó en las redes. Ante las críticas recibidas, entre ellas de la periodista sevillana Isabel Morillo, de El Periódico de España, o de Chema Rodríguez, de El Mundo, la profesora Aurora Labio defendió su posicionamiento durante la presentación: «Duele mucho enseñar periodismo y tener que contar estas cosas. (…) La profesión no pasa por buenos momentos».

En otro tuit, señaló: «El libro de Iglesias ha permitido abrir el debate público sobre las presiones que existen en el sector mediático» a lo que Isabel Morillo respondió: «Ojalá, profesora Labio, hubiera usted puntualizado que hay periodistas honestos que no son corruptos. En un acto de la Facultad de Comunicación hubiera sido lo mínimo».

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