“Una balada en otoño, un canto triste de melancolía, que nace al morir el día”. Pertenece a la canción ‘Balada de otoño’ que, en 1969, compuso el artista Joan Manuel Serrat (1943) para su cuarto álbum y primero en lengua castellana, La Paloma. Por cierto, va para un año (diciembre 2021), que ‘el noi del Poble-Sec’ fuera premiado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, ya sabe, el rey de la antañona y céntrica calle Burro aparecida por estos predios, aunque con otro nombre. Estación, rey sabio, acémila y artista juntos por mor de una calle. Estas cosas pueden pasar, y Sevilla tuvo que ser para que así fuera Y arranco con esos versos porque me parecen un buen inicio para la que será la última entrega de la serie de calles rotuladas con nombres de estaciones entre astronómicas y meteorológicas, la peatonal y recta calle Otoño. Con sus doscientos cincuenta y cuatro metros (254 m) de longitud, y comprendida entre la calle Los Romeros y un espacio sin nominar, como las ya traídas Verano y Primavera, se encuentra ubicada al NO de la ciudad, en la barriada Santa María del Trabajo del distrito Macarena (41009) y también fue rotulada en 1971. Ya sabe que en este barrio, del invierno no se sabe nada de nada, bueno ni en el barrio ni en todo el callejero sevillano, recuerde lo de la calle Sol de invierno.

Otoño meteorológico y astronómico. Al hablar de esta estación, como de cualquier otra y desde el punto de vista de la ciencia, debemos tener en cuenta que existen dos, por así decirlo. El otoño meteorológico, que empieza y acaba siempre el mismo día, a saber, las 00:00 del día 1 de septiembre y las 24:00 del 31 de noviembre, durando tres meses completos de calendario (septiembre, octubre, noviembre) o sea 92 días. Y el otoño astronómico, que se inicia con el fenómeno espacial del equinoccio de septiembre, sucedido este año el pasado viernes 23 de septiembre a las 03:04 hora oficial en la España peninsular y siendo su duración de 89 días y 21 horas pues la estación concluirá el 21 de diciembre con el fenómeno del solsticio de diciembre. Así que cuando esta entrada se edite, estaremos ya en el sexagésimo primer (61.º) día de un otoño y en el trigésimo séptimo (37.º) día del otro, y con el paso de las fechas habremos ido notando cómo disminuyen: la duración de los días, empieza a oscurecer antes y amanecer más tarde; la intensidad de los rayos solares, ya no queman tanto; o la temperatura del ambiente, llega el frío. En cualquiera de los casos es lo que tiene el otoño, hablemos del que hablemos, que dura lo que tarda en llegar el invierno.

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Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)