(Continuación) Pero no fue solo la iglesia trianera y su virgen, ubicada en la calle entonces conocida como Cava, la que el martes 9 de septiembre de 1522 visitaron en señal de agradecimiento los marineros. Lo sabemos por el lacónico relato que hace de la susodicha llegada a Sevilla, el italiano Antonio Pigafetta (1480-1534) en su Relazione del primo viaggio intorno al mondo (1524).

“El lunes 8 de septiembre largamos el ancla cerca del muelle de Sevilla, y descargamos toda nuestra artillería. El martes bajamos todos a tierra en camisa y a pie descalzo, con un cirio en la mano, para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y la de Santa María la Antigua, como lo habíamos prometido hacer en los momentos de angustia”.

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Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)