El citado artículo tuvo una repercusión polémica entre la sociedad

La Universidad de Sevilla ha decidido no revisar el polémico artículo 20 por el cual no se le podía retirar a un alumno el examen en caso de que estuviese copiando. Desde la Universidad, no han querido entrar de lleno en la correción de dicho artículo mientras no acabe el presente curso académico.

Sevilla Actualidad. Mucho se ha hablado y discutido sobre  el artículo 20 de la Universidad de Sevilla por el cual los alumnos no podían ser suspendidos de inmediato ni expulsados del aula en el caso de que se les sorprendiera copiando en un examen.

Dada la magnitud de opiniones, incluso a nivel nacional, los responsables de la Comisión de Docencia decidieron hace más de un mes la derogación de esta nueva ley.

En una reunión mantenida en el día de ayer por la Comisión académica, se decidió no revisar ni redactar de nuevo hasta el próximo curso este artículo 20, pese a que el pasado 25 de enero el Consejo de Gobierno de la Hispalense decidiera dejarla sin efecto para «evitar malas interpretaciones» de la misma y para proceder a su revisión «de manera inmediata».

Según Rafael Roldán,  delegado del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus), esta decisión fue tomada con el objetivo de no revisar la controvertida norma hasta que el presente curso académico finalize.

No obstante, sigue abierto el proceso de admisión de sugerencias que la institución académica abrió justo después de dejar sin efecto la mencionada norma hasta el mes de junio, para que todo el alumnado y participante de la extensión universitaria pueda sugerir propuestas y llevar a cabo un estudio de la situación de los distintos procesos de evaluación.

Además, según diversas fuentes de la propia Universidad, no había «prisa» por agilizar la nueva redacción del artículo 20, pero las citadas fuentes también advirtieron de que «cualquier redacción nueva que pueda tener el artículo 20 tendrá que hacerse con el mayor consenso posible» y de que «si se redactase de nuevo, tendría que hacerse bajo la premisa del consenso, y sobre todo, dejando bien claro la autoridad del profesorado dentro del aula y que el alumno que haga trampa será sancionado».

Pese a todo, el rector de la Universidad de Sevilla afirma que  las «interpretaciones erróneas» de este polémico artículo, fueron las que «dañaron» la imagen de la Universidad de Sevilla por «incorrectas, inadecuadas y fuera de toda la intención».

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