Los arquitectos Rafael Bermudo y Vicente Llanos y el arqueólogo Miguel Ángel Tabales hicieron ayer viernes entrega al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), del avance del Plan Especial de Protección del sector urbano que rodea al conjunto defensivo y palaciego de los Reales Alcázares, declarado Patrimonio de la Humanidad, que pretende dar protección «completa» tanto al interior del monumento como a 90 edificaciones del entorno más inmediato.

Sevilla Actualidad/Agencias. El alcaide del Real Alcázar, Antonio Rodríguez Galindo, subrayó que con el plan, que cuenta con un estudio arquitectónico y arqueológico «exhaustivo», se pretende proteger «aún más» el recinto dándole una figura de protección concreta.

Rodríguez Galindo fue tajante al asegurar que el plan no tendrá incidencia en el barrio de Santa Cruz, así como que las actuaciones previstas en éste no precisarán de expropiaciones. Asimismo, las intervenciones que se lleven a cabo no supondrán en ningún caso la restricción de visitas al conjunto monumental.

Las actuaciones concretas fueron expuestas por Miguel Ángel Tabales, que subrayó que el plan prevé distintos niveles de catalogación, de A a D, para las edificaciones anexas, así como la concreción de protección de grado máximo a nivel 3 en el ámbito arqueológico. Ello implica que si se quieren llevar a cabo obras en el subsuelo a nivel particular, según Tabales, estos trabajos deberán atenerse a los términos de protección configurados.

Una de las intervenciones más importantes a nivel arqueológico se llevará a cabo en el Patio de Banderas, donde en una semana y media comenzarán las catas, en un área no pavimentada de la plaza, al objeto de enlazar las excavaciones acometidas en 1976 y 1999, como solución «intermedia» al «esfuerzo» económico que supondría excavar todo el espacio.

A partir del próximo lunes el documento será puesto a disposición de la Gerencia municipal de Urbanismo y de la Unesco, con el consiguiente turno de alegaciones y una exposición para que los ciudadanos puedan ver en qué consiste el plan.

Pendientes de la excavación

De esta manera, estos trabajos, que cuentan con un presupuesto de adjudicación de 149.999,79 euros, según informaron a E.P. fuentes del Patronato, tienen un plazo previsto de unos seis meses, en los cuales se realizará una excavación de unos 160 metros cuadrados en el sector de la plaza desprovisto de elementos arquitectónicos y vegetación, tras la cual se dictaminaría sobre las posibilidades reales de una hipotética puesta en valor parcial o general mediante la exposición de los restos con una cripta arqueológica que no alteraría el Patio de Banderas.

El documento, asimismo, contiene un catálogo exhaustivo en cuanto a los activos patrimoniales que pueblan el barrio de Santa Cruz y los aledaños de los Reales Alcázares, pues el entorno sometido a estudio comprende hasta la plaza del Triunfo, la calle Joaquín Romero Murube y la Plaza de Alfaro al norte; al este hasta la calle Mariscal, al sur hasta la avenida de Menéndez y Pelayo, la antigua Pasarela y la calle San Fernando y al oeste hasta la calles San Gregorio, Mariana de Pineda, Deán de Miranda y la Plaza de la Contratación.

Por eso, contempla «interpretaciones arqueológicas» y «propuestas encaminadas a posibilitar excavaciones» que recuperen el legado histórico que guarda el subsuelo de la zona, «principalmente» el patio de Banderas y la basílica visigótica que yace debajo y los jardines de los Reales Alcázares, que ya en otras ocasiones han sido escenario de hallazgos que revelan el asentamiento almohade que habría poblado este entorno siglos atrás.

El arqueólogo, por otra parte, recalcó la necesidad de «priorizar» las actuaciones, que se contemplan así en el Patio de Banderas, el Patio del Crucero y los Jardines de Murillo, donde se implantará una entrada principal.

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