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Profesionales de la Enfermería han atendido ya a un centenar de personas, a quienes colocan un dispositivo que evita los pinchazos continuados para la administración de medicación o la extracción de sangre para analíticas.

El Hospital Universitario Virgen del Rocío ha incorporado una consulta de acceso venoso para atender específicamente a personas que presentan problemas o dificultades a la hora de tomarle una vía para la administración de fármacos o porque precisen terapia intravenosa de larga duración. Así, pacientes que estén en tratamiento de media unos ocho meses pueden llegar a evitar tras la colocación de este dispositivo un centenar de pinchazos, entre los necesarios para la administración de los fármacos intravenosos y las analíticas para el control de su estado de salud.

El equipo de terapia intravenosa, formado íntegramente por profesionales de Enfermería, se ha creado específicamente para preservar en las mejores condiciones el capital venoso del paciente, máxime cuando debe someterse a tratamientos que pueden deteriorar el sistema vascular periférico por la duración, periodicidad o agresividad de la terapia que requiere el paciente.

El perfil de la persona que es atendida en esta consulta es el del paciente que está en tratamiento oncológico o hematológico y también el de pacientes que toman fármacos vesicantes u otros que puedan dañar el sistema vascular, terapias múltiples o con tratamiento intravenoso de forma prolongada e intermitente.

Otras ventajas que ofrece esta técnica con respecto a la estandarizada son un mayor éxito en las inserciones, ya que se logra colocar el catéter sin apenas molestias para el paciente en el 98,9 % de los casos; y una reducción del número de flebitis y trombosis por la posibilidad de elegir el calibre más adecuado. Igualmente, disminuye el tiempo del procedimiento, por ser más ágil.

La técnica aporta además un valor añadido porque al insertarse en el antebrazo, ofrece mayor confort al paciente y reduce el daño que se produce por ser una zona de menor movimiento. De hecho, muchos de los pacientes han referido que sienten menos molestias que las propias de un análisis de sangre rutinario.