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Los menores que participan en esta iniciativa padecen problemas de salud que no pueden ser resueltos en los campos de refugiados de Tindouf, donde residen con sus familias.

La UGC de Pediatría y la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Universitario Virgen Macarena han conseguido traer a Sevilla a dos de los 16 niños que este verano han podido llegar a nuestra ciudad para ser acogidos por las diferentes familias que, altruistamente, se comprometen con esta causa.

El Dr. Javier Moya, responsable de la campaña en la Unidad, recalca la implicación de todos, incluidos los médicos residentes, para conseguir colaborar con al menos dos de estos pequeños. Todos ellos tienen problemas de salud y patologías que no pueden ser atendidas en los campamentos donde residen, ya que muchas de ellas ni siquiera se pueden detectar, como, por ejemplo, la celiaquía. Y otras como los problemas dentales, que los sufre la población en general, porque el agua, allí, tiene una escasez importante de flúor.

Los niños proceden de los campamentos de refugiados de Tindouf y han llegado a Sevilla para convivir con las familias acogedoras. En total, se ha previsto el traslado de 200 niños este año a España, por lo que la cifra dista mucho de los 1.400 menores que llegaban hace unos años. La edad del programa contempla a niños entre ocho y 12 años, aunque hay algunos de 14 que vienen por ser hijos de mártires de guerra.

El campamento se formó hace ya 40 años y hoy vienen los hijos de aquellos que ya habían sido acogidos por familias sevillanas, niños que han nacido ya allí, en los campamentos de refugiados durante dos generaciones, y a los que las familias acogedoras les llaman “nietos”. Estas familias, durante el tiempo que los pequeños pasan con ellos, procuran atender los problemas de salud que la mayoría trae en mayor o menor gravedad.

La Unidad de Alimentación del Hospital Virgen Macarena ha preparado un desayuno para dar las gracias a todos los que han hecho posible la venida de estos niños. Igualmente, han disfrutado de un espectáculo de magia realizado por el mago Estín, que es trabajador perteneciente al Servicio de Mantenimiento del hospital sevillano.

Entre los particulares a los que se les ha dado este agradecimiento se encuentran las personas que han apadrinado a los menores a través de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui, dirigida por Erika Cobos, para poder sufragar los gastos de viaje de cada niño, que están en torno a los 650 euros. Gracias a esta iniciativa se prevé que, para el próximo año, se llegue a doblar el número de niños que puedan ser acogidos en los hogares sevillanos.