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El empoderamiento del paciente tras las intervenciones informativas de los profesionales y las guías de autoayuda resulta clave para el manejo de la ansiedad y el insomnio.

Un estudio sobre intervención comunitaria de deshabituación de benzodiacepinas, liderado por profesionales multidisciplinares de Distrito Sevilla y las Farmacias Comunitarias de su entorno, ha obtenido el premio al mejor proyecto de investigación del XII Congreso Andaluz de Médicos de Atención Primaria de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria en Andalucía (SEMERGEN-Andalucía).

El proyecto pretende demostrar que una misma intervención informativa breve llevada a cabo por distintos profesionales de la salud, independientemente de su ámbito laboral, consigue empoderar al paciente.

Así, la participación del personal y la recomendación de uso de guías de autoayuda, para el manejo de la ansiedad y el insomnio, forma parte de la terapia cognitivo-conductual que promueve la Consejería de Salud en su página web.

El paciente, al conocer los beneficios y riesgos del uso de benzodiacepinas (BZD), puede valorar la necesidad de la deshabituación en contacto con su médico y profesionales de la salud, para así minimizar los riesgos derivados del uso continuado de BZD. Para ello, el proyecto de investigación ha demostrado que un aspecto clave es la participación de diversos profesionales del SAS (Médicos, Enfermeros y Farmacéuticos de Atención Primaria) del Distrito Sanitario de Sevilla, conjuntamente con los Farmacéuticos Comunitarios de su entorno.

Los profesionales clínicos, al incorporar la toma de decisiones compartidas con el paciente, discuten sobre las ventajas e inconvenientes de las diversas posibilidades de tratamientos. De hecho, todos se benefician del uso de toma de decisiones compartida, pues mejora la calidad de la atención, aumenta de la satisfacción del paciente, mejora la adherencia del paciente a las recomendaciones de tratamiento mediante el enfoque que construye una relación de confianza y duradera entre los profesionales sanitarios y los pacientes.

Por otro lado, las guías de práctica clínica contemplan el uso de las BZD en segunda línea, de manera extraordinaria y como tratamiento a corto plazo (menos de 2 semanas, máximo 4), durante las crisis de ansiedad, cuando sea crucial el control de los síntomas, o en insomnio grave que interfiere con la vida cotidiana.

Las conclusiones denotan que a mejor decisión clínica es la que tiene en cuenta la información basada en la evidencia acerca de las opciones disponibles, el conocimiento y la experiencia del profesional, y los valores y preferencias del paciente.