Hoy, último día del año y de esta década, desaparece el histórico bonobús de Tussam, que será sustituido por la nueva tarjeta sin contacto. Los usuarios podrán canjear el valor que tengan en sus últimas tarjetas magnéticas por el mismo valor en una tarjeta del nuevo modelo durante todo el mes de enero, tanto en las oficinas de El Prado, como en las taquillas de la Gran Plaza y Ponce de León y en las instalaciones de Tussam en la Avenida de Andalucía.
Sevilla Actualidad. La historia del bonobús, ahora desaparecido, es la historia del autobús en Sevilla y de sus ciudadanos, exactamente durante dos décadas. Fue en 1989 cuando esta tarjeta magnética, avanzada para la época, nos empezó a permitir entrar en el autobús sin picar el ticket correspondiente y a trasbordar de línea sin más que volver a pasar por la máquina lectora. La anterior, la tarjeta llamada resistiva o troquelable, pasaba a la historia.
Desde entonces, el bonobús magnético, o de contacto con la canceladora, se ha usado casi dos mil millones de veces en los autobuses públicos sevillanos. Se ha vendido un total de casi 107 millones de tarjetas con trasbordo.
Los bonobuses sin trasbordo han sido usados por 101 millones de pasajeros, mientras que las tarjetas de tercera edad han tenido también, en estos años, un uso importante, que ha alcanzado los 322 millones de viajes.
El excelente comportamiento del sistema así como la gran flexibilidad y adaptación a cambios con que se diseñó, permitió incluso la incorporación de las tarjetas del Consorcio, y su gestión conjunta con las de Tussam, sin ni siquiera la necesidad de realizar cambios en su software: bastó con modificar algunos de los parámetros del fichero de configuración del sistema, en modo similar al que llevaba a cabo cualquier tipo de modificación de tarifas.