Los tres hombres y la mujer que componían la banda organizada entraban, cubriendo su identidad y por sorpresa, en horas punta en establecimientos de la provincia en los que robaban artículos de valor de los empleados y personas que se encontraban en esos momentos en la sala.
Sevilla Actualidad. Era una banda organizada y su ‘modus operandi’ consistía en entrar en un establecimiento por sorpresa y siempre en horas punta, cuando más gente hay en el interior. Actuaban siempre con la cara tapada con pasamontañas y utilizando armas cortas y cuchillos de grandes dimensiones. Tras amenazar a los empleados, la banda sustraía bolsos, dinero, joyas, teléfonos móviles, y cámaras fotográficas, entre otros enseres.
Hasta que la Policía Judicial de la Guardia Civil de Sevilla les ha cazado. Es la llamada ‘Operación Polvorón’, por la que se ha detenido y puesto a disposición judicial a los componentes de un grupo de atracadores -tres hombres y una mujer- como autores de presuntos delitos reiterados de robo con violencia e intimidación.
Lo cierto es que la Guardia Civil tenía conocimiento desde hacía unos meses de que se estaban produciendo varios robos con violencia e intimidación en establecimientos de hostelería próximos a la autovía A-92, en concreto en los términos municipales de Lora de Estepa, Herrera y La Roda de Andalucía, informa el Instituto Armado en una nota.
De esta forma, el equipo de Policía Judicial de la Comandancia de Sevilla se hizo cargo de las investigaciones. Tras tomar declaración a diversos testigos y realizar diversas pesquisas y recabar pruebas, lograron identificar a varios individuos que «pudieran tratarse de los autores de los robos».
“Gran alarma social”
La operación se ha desarrollado en dos fases diferenciadas. En la primera, los agentes consiguieron detener a M.T.J., M.J.H. y C.J.R., dos hombres y una mujer. También se registraron sus domicilios en Marchena, Estepa y Puente Genil (Córdoba), gracias a lo que los agentes incautaron diversos efectos relacionados con los delitos.
Del mismo modo, uno de estos detenidos, M.T.J., estaba causando «gran alarma social en la zona», ya que se trataba de un delincuente «muy peligroso» que tenía en su haber varias órdenes judiciales de búsqueda y detención, llegando incluso a arremeter varias veces contra patrullas de la Guardia Civil que salían a su encuentro sin detenerse en su huída.