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El georradar permitirá analizar la profundidad, la extensión y el estado de las raíces y determinará el grado de afección que provocan los árboles.

La Dirección General de Medio Ambiente y Parques y Jardines, en coordinación con el Distrito Los Remedios y la Gerencia de Urbanismo, ha acometido en cinco de las calles más antiguas de este barrio –las comprendidas entre Niebla, Virgen de África, Turia y Virgen de Aguas Santas– según ha informado el Ayuntamiento de Sevilla este miércoles.

Se trata de una serie de estudios orientados a “objetivar” las reclamaciones presentadas por numerosos vecinos y ver la viabilidad de las ideas surgidas en la reunión celebrada el pasado miércoles 29 de junio en el Centro Cívico El Tejar del Mellizo.

Entre los citados estudios figura el análisis del sistema radicular de los árboles para determinar la profundidad y estado de sus raíces, dado que hay tramos en los que levantan el pavimento e incluso casos en los que se adentran en los cimientos de los edificios más cercanos.

Para este análisis, se ha recurrido a una empresa especializada en el empleo de georradar para la arboleda y, a partir de sus conclusiones y las del resto de estudios en curso, se planteará tanto a los vecinos como al comité consultivo para la gestión del arbolado, las zonas verdes y el paisaje de Sevilla qué alternativas existen para actuar en la zona.

Un análisis objetivo

La delegada del Distrito, Carmen Castreño, y Adolfo Fernández, director general de Medio Ambiente y Parques y Jardines –áreas que están adscritas a la Delegación de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo–, han visitado la zona y asistido a los trabajos del georradar, acompañados por el equipo de este Distrito, encabezado por la directora general, Ana Risquet, y miembros del citado comité consultivo y vecinos.

Allí han explicado que la intención es analizar el problema de los árboles de estas calles de la manera más objetiva posible, y no sólo a partir de su parte más visible –ramas, troncos–, al tiempo que determinar qué grado de afección ocasionan las raíces tanto al pavimento –por el levantamiento del mismo– como a la cimentación y las infraestructuras de las viviendas más próximas.

De hecho, los primeros análisis advierten de la escasa profundidad del grueso de las raíces –las estructurales–, lo que ocasiona una presión al alza del pavimento de las calles y de las cimentaciones de los edificios. Carmen Castreño, quien ha recordado las quejas vecinales que, al respecto, llevan años presentándose en el Distrito, ha explicado también que cuando se construyó esta zona de Los Remedios los árboles que se plantaron no eran los más adecuados, dada su proximidad a los edificios de viviendas, de ahí que hayan surgido los problemas actuales.

La delegada y Adolfo Fernández han insistido en que esta tecnología del georradar revelará conclusiones “objetivas”, que se presentarán a las entidades vecinales y al comité consultivo del arbolado (la conocida como Mesa del Árbol) para adoptar las medidas más oportunas.

El georradar

El georradar es un dispositivo que se basa en la emisión, recepción y análisis de impulsos electromagnéticos. Cuando la onda emitida desde la antena hacia el suelo encuentra un objeto en su camino, esta se refleja o refracta desde el objeto de una manera predecible.

El contenido en agua hace que las raíces de los árboles reflejen estas ondas y, por lo tanto sean localizables. Posteriormente, sus datos son sometidos a una criba con un software específico que determina la profundidad de las raíces, su ramificación y estado.

El Tree Radar, usado por la empresa Tecnigral, está especialmente adaptado para la detección de raíces, y permite afrontar estudios sobre las mismas sin necesidad de excavaciones o alteraciones del terreno.

Consta de un carro al que se le acopla una antena que emite las ondas electromagnéticas y una unidad electrónica/ordenador portátil, donde se almacenan y se visualizan las tomas.