cotorras

Ecologistas en Acción propondrá dos líneas de actuación, por un lado construir refugios de cría para los murciélagos y de primillares para los cernícalos y por otro, medidas de control de la población de cotorras.

Ecologistas en Acción se hace eco de la llamada de atención de científicos de la Universidad Pablo de Olavide y de la Estación Biológica de Doñana que alertan de que la explosión de la población de cotorras en Sevilla está afectando a especies autóctonas, tal y como ha explicado en una información difundida este viernes.

Según la organización, las especies afectadas están en un estado de conservación vulnerable como es el caso del murciélago nóctulo o el cernícalo primilla por competencia por los lugares de refugio y nidificación de estas especies que están siendo ocupados por las cotorras.

Los estudios hablan de la presencia de “más de 2000 cotorras de Kramer en el entorno de Sevilla”, a las que hay que sumar un número “considerable” de cotorras argentinas. Ambas especies proceden de “fugas o de la liberación intencionada de ejemplares adquiridos como mascotas que se han aclimatado perfectamente al ecosistema urbano y periurbano.

Allí encuentran refugio y alimento lo que, en ausencia de predadores, lleva a su crecimiento exponencial, ocupando espacios que hasta ahora venían siendo el hogar de las especies residentes, generando en algunos casos problemas de conservación de estas especies. La organización asegura que “es un caso típico de especie exótica invasora y así están consideradas en la ley que pretende el control de estas especies”.

En Sevilla, las especies más amenazadas por la presencia de cotorras, especialmente por las de Kramer que anidan en oquedades, son los murciélagos nóctulo grande y los cernícalos primilla. Las colonias de estas especies empiezan a sufrir bajas “por la competencia directa de las cotorras por las oquedades donde se refugian y crían, árboles viejos en el caso del murciélago y mechinales de edificios antiguos en el del cernícalo primilla”.

Pero no cesan aquí las posibles consecuencias negativas de la proliferación de cotorras ya que según Ecologistas en Acción, “empiezan a ser también un problema económico por las pérdidas ocasionadas a las cosechas de cultivos periurbanos, especialmente en girasol y frutales, y podrían ocasionar problemas de salud pública al ser portadoras de una bacteria que genera una enfermedad conocida como psitacosis”.

Medidas de Ecologistas en Acción

Ecologistas en Acción propondrá dos líneas de actuación, por un lado reforzar las poblaciones afectadas por la presencia de cotorras mediante la construcción de refugios de cría para los murciélagos y de primillares para los cernícalos y por otro, una serie de medidas de control de la población de cotorras, respetuosas con el bienestar animal, que permita que su población no se dispare, evitando problemas mayores a las especies afectadas y a la población.

La organización ecologista también quiere pedir a la población en general que sea «consciente de este grave problema ecológico», evitando la liberación de animales que se encuentren actualmente en cautividad y denunciando a las personas o establecimientos que comercien con ellas.

Ecologistas en Acción, junto con SEO/Birdlife, ha solicitado que se trate este asunto “en el próximo consejo de biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente dada su repercusión ambiental y social” y porque “aún se estaría a tiempo” de tomar medidas de control de la población que permitan mantener la población a “niveles aceptables “que impidan los impactos que lleva asociada una explosión de la población, entre otros, para las propias cotorras que se verían sometidas a medidas drásticas no deseables, como ya ocurre en países como Israel, donde los agricultores “las disparan”.