pequenos-inversores-abengoa

De momento, 50 demandas han sido presentadas con una reclamación que suma los 2.600.000 euros, según el bufete de abogados Durán y Osuna.

Al menos medio centenar de representantes de inversionistas minoristas de bonos y pagarés de Abengoa acudieron ayer a la Primera Asamblea de Afectados por inversiones en la compañía sevillana, celebrada en la Casa de Extremadura de Sevilla. 

Allí conocieron los resortes legales, los instrumentos para recuperar su dinero, toda vez que Abengoa ha llegado a un preacuerdo con los acreedores más importantes para evitar el concucrso de acreedores y ha dejado fuera a los pequeños inversionistas, muchos de los cuales habían invertido los ahorros de toda su vida en la compañía sevillana creyendo que era un valor seguro y que ahora no pueden recuperar.

Según Miguel Durán, en declaraciones al Programa La Entrevista de Canal Sur Televisión, “aquí todo el mundo habla de rescatar a Abengoa. A los bancos les diría que empiecen a rescatar a los que ustedes engañaron. Restituyan ustedes el daño que han causado a los minoristas.”

El despacho de abogados de Durán y Osuna canaliza la mayor parte de las demandas de estos inversores minoristas. Su portavoz, Miguel Durán, explica que, “de momento, los bancos no están por la labor de negociar previamente la deuda. En cualquier caso –añade- nosotros no vamos a aceptar las condiciones de aplazamiento de pagos y de quitas que han negociado con los acreedores mayoristas. Mis clientes quieren su dinero y lo quieren ahora y no dentro de equis meses”. 

“No vamos contra Abengoa”

Las demandas presentadas por el bufete de abogados no va contra Abengoa. “Nadie quiere hacer con esto leña del árbol caído –explica Durán-. No vamos contra Abengoa, vamos contra los bancos que cobraron por colocar estos bonos a los pequeños inversores y no explicaron con rigor los riesgos que entrañaba la operación”.

Para el despacho de abogados Duran y Osuna, la multinacional Abengoa ha desembocado en una situación “embarazosa” y hay muchos inversores que se han visto “literalmente cazados” y envueltos en una situación “anómala y complicada.” Hay muchos pequeños inversores que se enfrentan a la pérdida total o parcial de todos sus ahorros. 

Abengoa emitió bonos, bonos convertibles, pagarés y desmás productos financieros para captar financiación alternativa. La empresa emitió esos bonos a través de entidades colocadoras, entidades financieras. Acudió para que le colocasen esos bonos, esos pagarés, entre sus clientes.

Para Miguel Durán, «en lo que era la voluntad de Abengoa, estaba claro que consideraba que estos pagarés eran instrumentos de riesgo porque si nó no se explicaría que debieran tener como destinatarios a inversores profesionales o inversores cualificados.”

La Ley del Mercado de Valores distingue muy bien entre lo que son inversores profesionales o no cualificados minoristas.  Las entidades están obligadas a informar de forma muy clara y transparente al inversor. La propia legislación establece que esas entidades tienen que mirar por los intereses de los inversores por encima de los suyos propios.

Miguel Durán explica que “partimos de la consideración –nos avala grandes conquistas en los tribunales sobre otros productos financieros como las preferentes- que muchos de estos bonos han sido colocados sin la debida orientación.  Mucha gente se está quedando sin cobrar. Cuando vencen esos bonos, no cobra. El banco les da explicaciones. Algunos se lo creen y otros no. Y los que no se lo creen buscan un abogado, como nos han buscado a nosotros. A nosotros nos han buscado ya unas 200 afectados.“

Para evitar el concurso de acreedores, Abengoa ha llegado a un principio de acuerdo con los acreedores mayoristas y los minoristas se han quedado fuera de esa negociación.

Durán les ha contando a los afectados que sería “absurdo” pedir dinero a Abengoa porque “está tiesa”. “A la gente lo que más le importa es que recuperen su dinero. Les aconsejamos que se asesoren bien. Las entidades colocadoras tienen su responsabilidad sobre las operaciones. No deben creer que está todo perdido. “

La jurisprudencia española tiene una legislación muy consolidada a propósito de lo que se conoce como “vicios del consentimiento” provocados por entidades financieras a la hora de colocarle  productos a inversores minoristas.

El portavoz de Durán y Osuna Abogados, ha transmitido esperanza a todos estos afectados. Su dinero puede ser recuperable si se hacen las cosas bien. Deben acudir a los tribunales incluso si el bono o el pagaré no ha vencido.

En la venta de este tipo de productos financieros, si los intereses son altos el minorista tienen que tomar cautela. Como también los bancos deben advertirles que la situación financiera de la empresa es mala o buena. Y con esos datos el minorista debe decidir.

Las entidades financieras tienen sus tarifas para cobrar la firma de estas operaciones. Es decir, cobran dinero por hacerlas.  “Y tienen la obligación de explicar todo lo que corresponde a los riesgos que acarrea el producto. Si no el banco no le informó, tiene que correr con los gastos de esta “fiesta”. Tendrían que explicarles qué pasa.” La inmensa mayoria de estos inversionistas minoristas ha invertido 50.000 euros.

Duran ha aconsejado a los bancos que “si ellos han provocado esto, que lo arreglen, porque si nó vendrán los jueces y los abogados y lo arreglaremos y la fiesta al final les saldrá más cara.”

El despacho de Durán y Osuna no va a interponer demandas colectivas. Porque “lo que el juez tiene que¡e dirimir es si el inversionista fue bien informado. Y no todos los casos son iguales. Habrá algunos que tengan mucha información y otros ninguna. Claro que Abengoa tiene su responsabilidad, pero no se le puede pedir dinero, sería una quimera. “

Recordemos que las personas jurídicas ya tienen responsabilidad penal. Tienen posibilidad de suspender su actividad, intervenirla judicialmente o multarla. “El preacuerdo con los acreedores mayoritarios para evitar el concurso es impugnable y tiene plomo en las alas”, ha subrayado Miguel Durán.