Uno de los problemas que se observa es una modificación cromática de la fachada, específicamente en los frontones de las ventanas por la incidencia del agua que cae de los aparatos de aire acondicionado instalados en las ventanas. Además, hay restos de suciedad y depósito de polvo, fisuras en la piedra y morteros en mal estado, así como la presencia de musgo, líquenes y vegetaciones, especialmente en la cornisa superior.
Así, y para solucionar estos problemas, se procederá a la realización de cuatro actuaciones. La limpieza, que se realizará en seco, servirá para retirar el material sobrante. Mediante esta actuación, se pretende eliminar la suciedad superficial, los agentes nocivos, así como evidenciar la cantidad y la localización de patologías ocultas. La consolidación, por su parte, tiene como objetivo aumentar la cohesión de la zona alterada mediante el uso de un líquido que permitirá aumentar la calidad de la piedra. Una vez consolidada ésta, se reforzarán las cornisas y frontones con varillas de acero.
Para la reintegración, se llevará a cabo la sustitución de sillares afectados y se utilizará un mortero para aquéllos que estén afectados en menor medida. La protección tendrá como fin disminuir la velocidad de alteración de los elementos restaurados en la fachada, por lo que se procederá a la aplicación de un producto químico en la superficie de la piedra para hacerla impermeable y pueda repeler, de este modo, el agua de lluvia.