RobertHuber-acedemia-europea

El acto de ingreso se celebrará en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla el jueves 19 de mayo, a partir de las 19:30 horas.

Uno de los químicos más influyentes de las últimas décadas, el alemán Robert Huber, será nombrado Académico de Honor por la Real Academia Sevillana de Ciencias (RASC). La institución hispalense, presidida por José Luis de Justo Alpañés, reconoce de esta manera el estrecho vínculo establecido por este investigador con la capital andaluza, a donde acude con frecuencia para pronunciar conferencias, impartir clases o monitorizar a jóvenes estudiantes de doctorado, entre ellos a los del Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja (cicCartuja), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Junta de Andalucía y la Universidad de Sevilla.

Robert Huber tomará posesión como académico de honor de la RASC en un acto público que tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla el jueves 19 de mayo de 2016, a partir de las 19:30 horas. Su discurso, titulado « New Ways of Vision: Beauty and Fitness for Purpose of Proteins and my Experience with Translation into Medicine», girará en torno a una de las principales líneas de estudio que han jalonado su trayectoria: el conocimiento de las proteínas y las posibilidades que ofrecen en el tratamiento de diversas enfermedades. Dicha intervención estará precedida por una laudatio a cargo de Miguel Ángel de la Rosa, académico y director del cicCartuja.

A este reconocimiento como académico, Robert Huber suma ya dos distinciones anteriores en la ciudad, pues fue nombrado profesor honorario y visitante de la Universidad de Sevilla en 2006 y 2008, respectivamente. Nacido en Múnich en 1937, Robert Huber ha desarrollado una brillante trayectoria como científico desde que comenzara su formación en la Escuela Técnica Superior de Múnich en 1956. Tras licenciarse y doctorarse en Química, colaboró en el laboratorio de W. Hoppe, iniciándose en el análisis cristalográfico de la metamorfosis en la hormona ecdisona, clave en la muda de los insectos. Más adelante, en los años setenta, comenzó sus investigaciones sobre el inhibidor de la tripsina, una enzima producida en el páncreas, esencial para la digestión; y realizó numerosos análisis de la estructura de los anticuerpos y los receptores celulares, con el objetivo de descubrir el origen de determinadas enfermedades autoinmunes. A pesar de la relevancia de estas investigaciones, el mayor impulso a su carrera científica no le llegaría hasta la década de los ochenta.

En esta época se afianzó como uno de los grandes expertos internacionales en la técnica de difracción de rayos X. Huber se centró en la fotosíntesis biológica y logró determinar la estructura tridimensional de las proteínas esenciales en dicho proceso; lo cual resultó de una importancia capital para entender la conversión de la energía lumínica en energía química o, dicho de otro modo, para descifrar la reacción por la que las plantas y algunas bacterias aprovechan el agua y la luz del sol para formar el oxígeno. Por este hallazgo, Robert Huber recibió el Premio Nobel de Química en 1988, junto a sus compañeros Johann Deisenhofer y Hartmut Michel.

El máximo galardón a escala científica le permitió ampliar las áreas de investigación de su laboratorio y, a su vez, promover iniciativas privadas dedicadas a ofrecer servicios en el análisis de las estructuras de las proteínas, algunas de ellas presentes en enfermedades autoinmunes. Entre las empresas cofundadas por Huber se hallan Proteros y SuppreMol, una spin-off que fue adquirida por la farmacéutica estadounidense Baxter y que está obteniendo resultados positivos en la búsqueda de tratamientos farmacológicos contra la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide.

Acérrimo defensor de la investigación básica y del apoyo institucional a las carreras de los científicos noveles ‒cuestiones que ya apoyó en anteriores citas celebradas en Sevilla, como el Congreso Internacional de Bioquímica de 2012‒, Robert Huber trabaja actualmente en el Instituto Max-Planck I de Bioquímica, con sede en Múnich, donde continúa con su labor en torno a la descripción y el análisis de proteínas. Precisamente, como especialista en esta materia, el Premio Nobel alemán ha sido invitado también a Sevilla con el fin de participar como ponente en el FEBS-IUBMB Workshop on Biointeractomics, un curso avanzado de índole internacional, que se va a celebrar en cicCartuja entre el 17 y el 20 de mayo.