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Las Atarazanas ya tienen la licencia de obras

Las Atarazanas de la discordia

Esperan poder «paralizar de forma cautelar el proceso emprendido. Denuncian que «no todo vale» en el monumento.

La Fundación Atarazanas ha informado de que ya ha iniciado los pasos legales oportunos para denunciar ante la Justicia y el Icomos, el proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra para convertir las Reales Atarazanas de Sevilla en un centro cultural. En un comunicado, la Fundación critica el “evidente empecinamiento” del arquitecto, “avalado por la Junta de Andalucía y La Caixa”, en tanto promotores del nuevo centro cultural de las Atarazanas, “desoyendo así el amplio y heterogéneo clamor ciudadano sobre lo que se advierte como un auténtico crimen patrimonial contra Sevilla”. Y esperan poder «paralizar de forma cautelar el proceso emprendido, pues, no todo vale» en el monumento.

Según la Fundación, el propio arquitecto “ha tenido que salir, a última hora y muy obligado por las circunstancias, a defender lo indefendible”. Hay varias razones que critica la Fundación como es que el arquitecto diga que la excavación de las siete naves hasta su cota original supondría un coste total de cinco millones de euros y que la aportación de La Caixa sólo alcanza los diez millones.

Sobre la razón técnica, la Fundación Atarazanas también critica que Vázquez Consuegra “aduzca que una intervención excavatoria en las naves de las Atarazanas supondría un verdadero riesgo para la integridad del edificio, puesto que los propios escombros acumulados funcionan a modo de refuerzo de las pilastras, las cuales colapsarían de inmediato sin dicho apoyo”. En este sentido, defienden que existen una respuesta “unánime” de que el edificio “cuenta actualmente con una cimentación histórica por zapata corrida que puede resultar suficiente, sobre todo si se libera del sobrepeso que para estos cimientos supone el relleno”.

Por último, y en cuanto a la razón estética, la Fundación Atarazanas critica que el arquitecto asegura que “no es partidario en absoluto de realizar una operación semejante porque la recuperación de la cota original puede convertir en ridículas las bóvedas de los tiempos de Carlos III, que fueron construidas teniendo en cuenta la escala que había en el siglo XVIII, con el edificio ya rellenado; quedaría así un inmenso agujero con un volumen de 31.440 metros cúbicos».

Para la Fundación, “esas bóvedas piden a gritos ser liberadas de su absurdo y antiestético aprisionamiento, y aseguran que «es falso igualmente» la afirmación de que se recupera la parte de las primitivas murallas almorávides y uno de los torreones», ya que en el presupuesto del proyecto actual «no se consigna cantidad alguna para este fin».

Por estas razones sorprende a la Fundación, la postura de la Junta y de la Caixa para mantener su proyecto. «La Junta debería saber que no todo vale en las Atarazanas, conclusión que se repetía con insistencia en el informe elaborado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) en 2008 por encargo de la propia Consejería de Cultura», concluye.