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Abengoa, fuera del IBEX

Abengoa pedirá entrar en pre concurso de acreedores

La multinacional andaluza se enfrenta a una difícil situación tras la pérdida del inversor vasco que iba a inyectar financiación al conglomerado. Abengoa tiene cuatro meses para lograr un nuevo inversor o la capitalización de la deuda bancaria. Si no lo consigue, la corporación sevillana se enfrentaría a su liquidación.

Es lo que tomo el mundo teme. De seguir el proceso adelante, el preconcurso de acreedores anunciado ayer por Abengoa acabaría convirtiéndose en la mayor suspensión de pagos de la economía española. Además, de facto, Andalucía y Sevilla perderían a la mayor empresa privada con sede en la Comunidad.

La situación de la multinacional sevillana de las energías renovables viene generada por la importante deuda multimillonaria que el grupo empresarial andaluz ha venido acumulando en los últimos años y que ha intentado reducir con la venta de Telvent y Befesa, dos de sus empresas filiales. Abengoa decidió prescindir de ellas para lograr inyección de fondos y reducir su importante deuda. Sin embargo, no ha sido suficiente.

Las dificultades para encontrar financiación se venían dando desde hace tiempo. El año pasado, Abengoa realizó una emisión de bonos de la compañía, lo que provocó una caída bursátil de la misma. Tras esto, la agencia de calificación Fitch estimó que la deuda reconocida por la empresa era la mitad de la que realmente tenía.

En días posteriores, Abengoa anunciaba la ampliación de su objetivo de deuda para intentar frenar la caída en Bolsa. Ya el pasado mes de agosto, una nueva ampliación de capital por valor de 650 millones de euros hacía preocupar a los inversores que, de nuevo, respondieron con otra importante caída en la Bolsa del 26%.

Desde el pasado mes de septiembre, los hechos se han venido produciendo sin solución de continuidad. A final de mes, la empresa anunció la retirada de su presidente, Felipe Benjumea, para calmar a los inversores y tranquilizarlos con la ampliación prevista. Fue sustituido por José Domínguez Abascal.

Este mes la empresa Gonvarri, del grupo vasco Gestamp, anunciaba que invertiría 350 millones de euros en ella. Esto habría permitido, a su vez, una ampliación de capital posterior por valor de 400 millones. Sin embargo, todo ello se frustraba al dar a conocer Gestamp que renunciaba a entrar en Abengoa.

La falta de apoyo de los inversores bancarios, a los que Gestamp había solicitado 1.500 millones de euros para la multinacional sevillana, ha hecho al grupo vasco renunciar a hacerse con el control de la firma andaluza de renovables.

Todo ello ha desembocado en el anuncio realizado ayer por parte de Abengoa de su intención de solicitar «a la mayor brevedad» el pre concurso de acreedores. Según la propia empresa, esta situación se produce después de que haya puesto en conocimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que «ha recibido comunicación de Gonvarri dando por terminado el acuerdo de bases por considerar no cumplidas las condiciones a que estaba sujeto el citado acuerdo». «La Sociedad continuará el proceso de negociación con sus entidades acreedoras con la finalidad de alcanzar un acuerdo que garantice la viabilidad financiera de la misma», informaba Abengoa.

Caída en el IBEX y degradación de la deuda

Tras el anuncio, la Bolsa española recibió con fuertes caídas la noticia. Tanto es así que Abengoa perdía un 54% de su valor accionarial durante la jornada. Después de esto, el comité asesor técnico del Ibex decidía excluir a Abengoa del selectivo club de las compañías más líquidas a partir de mañana viernes ante las «circunstancias especiales» que concurren sobre el valor. Así se da la paradoja que desde este viernes, y durante varios días, el Ibex 35 quedará temporalmente compuesto por 34 valores

Ya entrada la tarde también se conocía que la agencia de calificación crediticia Fitch rebajaba el rating de la deuda a largo plazo de Abengoa desde ‘B’ a ‘CC’, dentro del grado de alto riesgo, al considerar que su deuda está en ‘situación cercana a la insolvencia’.

Tres alternativas para Abengoa

Nuevo inversor. Después de la declaración del preconcurso de acreedores, la multinacional cuenta ahora con un plazo de cuatro meses (tres prorrogable a cuatro) para poder encontrar un nuevo inversor tras la retirada de Gestamp.

Los bancos, nuevos accionistas. Si la imponente deuda de la empresa, mayormente soportada por distintas entidades financieras, fuese capitalizada mediante acciones, serían los bancos los nuevos mayores accionistas del grupo, lo que, aunque dejaría en minoría a los dueños mayoritarios del mismo -la familia Benjumea- supondría una salida para la hasta ahora multinacional andaluza.

Concurso de acreedores. Eso sólo pasaría en el caso de que las dos opciones anteriores no llegasen a buen puerto. Este escenario, el más perjudicial para la economía andaluza -y especialmente la sevillana- supondría la quiebra y liquidación de la misma. Aunque cabe la posibilidad de que Abengoa superase con éxito el proceso, es altamente improbable que consiga salir adelante en este escenario.

El impacto de una todavía hipotética quiebra dejaría una importante deuda con los bancos, además de producir una preocupante situación económica y laboral. Sólo en España, Abengoa tiene uno de cada cuatro trabajadores del total de casi 29.000 empleados directos que la compañía tiene en 80 países. En Sevilla, el efecto podría ser demoledor. Aquí tiene su sede central y unos 4.000 trabajadores.

Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...