La Universidad de Sevilla ha concedido ayudas a 53 estudiantes que se van como voluntarios a países en vía de desarrollo para realizar proyectos de cooperación.

Los beneficiarios tienen como destino  distintos países del mundo donde estarán tutorizados y la finalidad de estas ayudas es fomentar la realización de periodos formativos en el ámbito de la cooperación al desarrollo y facilitar la participación de los miembros de la comunidad universitaria en proyectos en terreno.

Los alumnos tienen como destinos 16 países: Perú (15 estudiantes), Marruecos (5),   México (4), Senegal (4), Colombia (4),  Bolivia (3), El Salvador (3),  Nicaragua (3), Marruecos-Túnez-Argelia (2), Sudáfrica (2), Cuba (2), Ecuador (3), Chile (1), India (1) y Brasil (1).

Por centros, los 53 estudiantes proceden de las facultades de Ciencias Económicas y Empresariales; Geografía e Historia; Comunicación; Filosofía; Derecho; Psicología;

Biología; Ciencias de la Educación; Enfermería, Fisioterapia y Podología; Turismo y Finanzas; Medicina y Bellas Artes; y de las escuelas técnicas superiores de Arquitectura, Ingeniería e Ingeniería Agronómica.

Un ejemplo del importante trabajo que estas personan están realizando es el testimonio de Pedro Domínguez, un cooperante en Chincha (Perú), que cuenta que “ya he pasado consulta a más de 80 niños de entre 6 y 12 años en situación de extrema pobreza. Nunca habían visto a un doctor”.

La Universidad de Sevilla, a través de la Oficina de Cooperación al Desarrollo, convoca ayudas para participar en proyectos de cooperación al desarrollo con el fin de sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la diferentes realidades de los países del Sur, así como de poner a su servicio las competencias adquiridas durante la formación universitaria para contribuir a la mejora de la calidad de vida de las comunidades receptoras.

La Oficina de Cooperación al Desarrollo ofrece dos programas alternativos. Uno de ellos se llama Formación Solidaria, para que los estudiantes realicen periodos formativos en el ámbito internacional de la cooperación para su reconocimiento académico; y el segundo se denomina Conocimiento de la Realidad, para que el resto de miembros de la comunidad universitaria, a través de su intervención como voluntarios en proyectos de cooperación en países en vías de desarrollo, apliquen su formación y experiencia a dicho contexto y conozcan una nueva realidad.