atasco-sevilla-acantalicio-twitter

El tráfico de la capital hispalense sitúa a Sevilla entre las peores ciudades de Andalucía en calidad de aire.

El medio ambiente es preocupación de todos y, en última instancia, es responsabilidad del Gobierno. Por este motivo, Ecologistas en Acción se mantiene en su lucha de preservar el medio ambiente para denunciar una vez más “la dejadez y falta de voluntad política” para solucionar el problema. Ante la inactividad de consecución de medidas eficaces, como el fomento de una buena alternativa del transporte público, la asociación advierte de los riesgos de la contaminación atmosférica para la salud pública.

El informe publicado esta semana refleja el incumplimiento de “estándares vigentes legales en 2015 para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales”.

“El 95 por ciento de la población, en este caso de la sevillana, está respirando aire de mala calidad si tenemos en cuenta las recomendaciones legales”, declara Eduardo Gutiérrez, encargado de este ámbito en la federación ecologista sevillana.

En Andalucía, Huelva, la Bahía de Algeciras, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla son los principales focos de contaminación, “siendo los dos primeros casos la actividad industrial la principal fuente de contaminación y el tráfico rodado en las cuatro provincias siguientes”, detalle el informe.

Las principales sustancias contaminantes son las partículas en suspensión (PM10 y PM25), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de azufre (SO2). En Andalucía fueron concretamente las partículas en suspensión y el ozono troposférico siendo este último el que afecta principalmente en Sevilla, sobre todo en las dos estaciones metropolitanas (centro y San Jerónimo).

Una contaminación que se manifiesta especialmente en las áreas metropolitanas y que se expande a las rurales por el consumo abusivo de combustibles.

En Sevilla, afectada fundamentalmente por el tráfico, Gutiérrez añade que “esto sucede por la mala política de movilidad que se está haciendo desde el Ayuntamiento de Sevilla y su área metropolitana, donde se está promoviendo el uso del coche”.
Desde el año 2001, la Junta de Andalucía evalúa la calidad del aire a partir de comparaciones respecto a los valores legales establecidos para los contaminantes mediante distintas herramientas de control. Estaciones fijas de vigilancia y unidades móviles de medida, captadores difusivos y técnicas de modelación con simulaciones matemáticas de los procesos que tienen lugar en la atmósfera son las herramientas que permiten analizar la calidad del aire y su distribución. Para ello se debe tener en cuenta el tipo de zona que se estudie: su densidad de población, su meteorología, el inventario de emisiones y orografía, entre otros.

De esta forma, existen 91 estaciones fijas y 12 estaciones meteorológicas junto a los 663 sensores de medida de calidad del aire y los 226 sensores meteorológicos distribuidos por todo el territorio andaluz.

No obstante, “cada año se superan los límites legales, no solo los que establece la OMS, sino los que están establecidos por la comitiva organizativa de calidad del aire del Estado español”, denuncia Gutiérrez, quien advierte también de que “de esto se traduce que haya más gente con problemas respiratorios, más gente con alergias, afectando a la salud de la ciudadanía”.

Según el informe de los Planes de mejora de la calidad del aire en Andalucía de la consejería de la Junta, “las afecciones que causan problemas de medio ambiente están asociadas, principalmente, a los sistemas respiratorio y cardiovascular”. Los grupos de personas más vulnerados son además de los que padecen problemas relacionados con estas afecciones, las personas de edad avanzadas, las mujeres embarazadas y los niños.

Los datos del informe de los ecologistas han sido extraídos precisamente de los continuos informes del área de calidad del aire de la Conserjería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía.

Para verificar el nivel de adecuación de estos datos, Ecologistas en Acción han tomado como referencia tres baremos de limitación importantes: los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud, el objetivo a largo plazo para la protección de la vegetación establecido por la Unión Europea y los valores de obligado cumplimiento establecidos por la normativa de la UE.

De esta manera, el informe expresa cómo las administraciones públicas “arriesgan el pago de una multa millonaria por vulneración de la ley”. Los ecologistas recuerdan que en 2009 se iniciaron por estos motivos trámites contra España que a día de hoy están a punto de llegar al Tribunal de Justicia Europeo. “La semana pasada la Comisión abrió un nuevo expediente a España por los niveles de dióxido de nitrógeno”, inciden.

“Hay un problema general que afecta a toda Andalucía y es que los niveles de ozono troposférico aumentan su presión en la atmósfera con el calor de esta época”, señala uno de los expertos de Ecologistas en Acción que redactó el informe, Miguel Ceballos, quien explica que ello aumenta la presión perjudicada por los combustibles desprendido de los vehículos y concentraciones industriales.

Ceballos fundamenta también que, mientras que en 2014 “la situación de las partículas en suspensión han empeorado algo respecto al año anterior” por haber sido un invierno más frío, que es cuando sufren más estas partículas, “en el año 2015 sucederá exactamente lo contrario”, puesto que más que estas partículas será el ozono el que se vea más afectado.

Alternativas para mejorar

Desde la Federación de Ecologistas en Acción de Sevilla llevan prácticamente una década denunciando la “mala gestión” de las administraciones públicas “que están al servicio de intereses que no son los de la mayoría de la población”.

“En estos últimos años hemos visto que la antigua corporación del Ayuntamiento de Sevilla retiró el Plan Centro, cuando en otras ciudades españolas se está recurriendo por reducir la contaminación atmosférica en el centro de las ciudades adaptando y reduciendo el tráfico en esta zona”, denuncia Gutiérrez.

La federación determina que para reducir los principales contaminantes de los que la capital andaluza se ve perjudicada hace falta reducir el uso de vehículos privados. “Lo que hay que hacer es ampliar las líneas de autobuses, del tranvía, del metro, de los cercanías, etc., para darle variabilidad al transporte colectivo y una mayor facilidad a que el ciudadano no tenga que coger el coche”, alega Gutiérrez.

Para ello, la federación sevillana va a entregar a la nueva Corporación gubernamental del Ayuntamiento una propuesta de metro a la que ya se aludió cuando el anterior Gobierno planteó la ampliación de las líneas de metro subterránea y no se pudo llevar a cabo por la cantidad de coste económico que conllevaba.

La propuesta de los ecologistas se basa en plantear nuevas líneas de metro en la superficie además de proponer ampliar las líneas de autobuses por vías que no tengan que ser compartidas por otros vehículos y no compitan con el uso del vehículo privado ni obstaculice el tráfico. Un estudio evaluado por el respaldo de expertos en movilidad según asegura Gutiérrez para asegurar de que se trata de una buena medida para el problema de la calidad del aire. “Lo que hay que tener es voluntad política”, requiere, ya que “en este caso tiene que entrar en juego la Junta de Andalucía”.

Y es que el informe de la calidad del aire publicado este martes hace referencia a los 13 planes de mejora de calidad del aire aprobados a finales de 2013, pero “referidos a las superaciones de los valores límite de partículas PM10, NO2 y/o SO2, pero no de ozono troposférico.

“Hay que esperar a que los nuevos gobiernos que se han conformado tengan unas predisposiciones favorables”, concluye Ceballos.