Cuatro jóvenes han repartido abrazos por el centro de Sevilla en la iniciativa denominada #Tumejorabrazo que ya se difunde a través de Internet.
Un grupo de estudiantes de Periodismo en Sevilla, un trabajo de Psicología Social y las ganas de demostrar que, con un abrazo, la vida se ve de otra forma. Con optimismo. Con una sonrisa.
Así surgió la iniciativa que en las redes sociales se difunde bajo la etiqueta #Tumejorabrazo, una especie de experimento social por el que estas cuatro universitarias –Marta Durán, Mari Paz Mateo, Cristina Vega y Ana María Romero- decidieron una mañana de abril, la de este jueves, salir a la calle para repartir, gratuitamente, abrazos.
Así estuvieron por un tiempo de unas cuatro horas, repartiendo abrazos y más abrazos, “tantos que no sabríamos decir cuántos, pues fueron muchos más de los que salen en el vídeo. Tuvimos que seleccionar los más emotivos”, nos cuenta Ana María Romero.
El entorno seleccionado fue el centro histórico de Sevilla, “sitios como la Avenida de la Constitución, Tetuán o Plaza Nueva, principalmente”. “Tuvimos mucho éxito”, explica. “Se acercaba gente de todas las edades, desde niños a personas mayores y, sobre todo, turistas”.
Las promotoras de esta iniciativa en Sevilla esperan que, ahora, probada su efectividad, cunda el ejemplo en otras provincias.
Abrazos gratis
El Movimiento ‘Free Hugs’ nace en 2001, cuando Jason Hunter lo inicia al morir su madre. Una mujer que abrazaba a la gente y daba amor a todo el mundo sin importar la raza, ni sexo. Es en 2006 cuando el movimiento se expande por todo el mundo gracias a personas que desconocían de su existencia, pero que daban continuidad a la actitud gracias a un vídeo de Juan Mann y Shimon Moore.
En 2004, un chico que vivía en Londres volvía a su país natal, Australia. Sintiéndose solo en Sidney -sus padres se habían divorciado, se acababa de separar de su prometida y su abuela estaba muy enferma-, decidió ir a una fiesta, donde una desconocida le regaló un abrazo. “Me sentí como un rey, fue lo mejor que me ha pasado nunca”, describía. Seis meses después, decidió salir a repartir abrazos gratis a quienes transitaban por Pitt Mall Street en Sidney.