Grupo de investigación liderado por Mª Ángeles Martín Prats

A pesar de que el número de universitarias es mayor y con mejor rendimiento que el de hombres, los cargos académicos y los responsables de los grupos de investigación siguen siendo varones.

Tres de cada cuatro grupos de investigación de las universidades públicas andaluzas están liderados por hombres. Este es sólo uno de los datos que aporta el estudio llevado a cabo por investigadoras de la Universidad de Sevilla y la empresa ERGA Formación, Empleo y Género, S.L, en el que se analiza la participación de las mujeres en los procesos de transferencia de tecnologías a la actividad productiva.

Aunque el número de alumnas en la Universidad representa más del 54% del total de los estudiantes universitarios andaluces -aumentando sus porcentajes hasta casi el 60% entre quienes se gradúan- la desigualdad de oportunidades se pone de manifiesto al inicio de la carrera docente al decrecer notablemente sus porcentajes, acrecentándose la desigualdad a medida que se asciende en la estructura académica y en la cadena de transferencia del conocimiento, algo inexplicable ya que los porcentajes de personas de ambos sexos que concluyen su tesis doctoral, son ya muy similares desde hace algunos años.

Pese a ello, los porcentajes medios de participación en los Grupos de Investigación del PAIDI del personal universitario andaluz son del 41,5% de mujeres y 58,5% de hombres, disminuyendo asombrosamente la participación de doctoras al 38,3%.

Según los datos, el acceso de las investigadoras a las principales figuras que gestionan la investigación, está limitado por factores de género. Esto provoca una baja presencia y participación en todas las fases del proceso de transferencia. Así, mientras ellos firman 7 de cada 10 patentes que se generan en las Universidades andaluzas y recibieron el 84,6% de los premios de Investigación andaluces en 2012, sólo 3 de cada 10 proyectos de investigación están dirigidos por mujeres.

Las mujeres encuentran mayores obstáculos para participar en los canales de difusión de mayor impacto, lo que frena su carrera científica y -en la generación de actividad- trae como consecuencia las menores oportunidades para emprender de las mujeres. En esta línea, este estudio señala que el 75% de las empresas de base tecnológicas o spin-off que nacen de las universidades son promovidas también por hombres.

En la composición de las spin-off, por tanto, también se manifiestan las brechas en la presencia y participación de las mujeres respecto a los hombres. Aunque estudios recientes demuestran que las mujeres traen beneficios a las empresas, sobre todo si forman parte del comité de dirección de éstas, el perfil de las spin-off responde al de las estructuras tradicionales basadas tanto en la segregación horizontal como vertical.

Además de la indiscutible diferencia cuantitativa que los datos evidencia, se dan otras desigualdades de participación. Por ejemplo, en los congresos, los hombres tienen más presencia en calidad de miembros del Comité Científico y las mujeres sólo logran mayor presencia en los Comités Organizadores trasladando a lo público las actividades y habilidades de organización y administración de los recursos desarrolladas en el ámbito doméstico. “Podría vislumbrarse que ellos están en los espacios de prestigio y ellas donde más se trabaja”, comenta Isabel Alonso Cuervo, directora del estudio.

En este estudio han participado además la catedrática EU del Departamento de Psicología Social, Ana Guil, y las profesoras María Teresa Padilla, del Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, e Isabel Vázquez, del Departamento de Análisis Económico y Economía Política, de la Universidad de Sevilla, junto con Ana Cirera investigadora en Erga y Ángeles González socia fundadora de LIKADI junto a Isabel Alonso Cuervo.

Techo de cristal

Pese a que las mujeres son ya más en cantidad y calidad entre el alumnado a nivel internacional, el profesorado sigue siendo mayoritariamente masculino, sobre todo en las posiciones más altas del escalafón que continúan copando ellos de manera indefectible, afirma por su parte la catedrática EU de la Universidad de Sevilla, Ana Guil Bozal, coordinadora del equipo de la US que participó en el proyecto.

Esta situación se repite invariablemente en toda Europa. Los países nórdicos son más igualitarios mientras que Alemania encabeza la lista de países donde los porcentajes de catedráticas son menores. La media europea es similar a la de EEUU.

“En España es cierto que cada vez hay más mujeres docentes en la Universidad, de hecho en los últimos 30 años el índice ha subido un 15,2% y podríamos pensar que podría seguir creciendo un 0,5% al año con lo que quizás en torno al 2040 alcanzaran el 50%, pero no sabemos si esta tendencia seguirá al alza, porque hay muchos otros factores y disposiciones legales que pueden estar afectando, y recordemos también que los retrocesos son posibles y que, especialmente en momentos de crisis, las mujeres siempre han llevado las de perder”, concluye la investigadora Ana Guil.