pista de hielo

Las pistas de hielo sintético se han convertido ya en paisaje habitual de las Navidades españolas ya que son menos costosas que las de hielo convencional tanto en su mantenimiento como en su consumo energético (por eso lo denominan también hielo ecológico) y permiten que zonas cálidas puedan disfrutar de este tipo de patinaje.

Más de medio centenar de estas pistas españolas son obra de la firma sevillana Xtra-ice que, a pesar de estar radicada en una de las provincias más calurosas del país, han logrado desarrollar una fórmula con la ayuda del CSIC y la Universidad de Sevilla para que el polietileno del que están hechas las placas se autolubrique logrando un efecto muy similar al hielo convencional.

El desarrollo de este producto le ha abierto las puertas de la NHL, la liga profesional estadounidense de hockey sobre hielo, y es responsable de la pista de hielo sintético de Disneyland París. Está en proyecto el desarrollo de otra igual en Disney World, el genuino parque de Orlando (Florida) y están empezando a comercializar pistas de hielo domésticas que ya poseen varios jugadores de hockey en Estados Unidos.

“Para que os hagáis una idea una pista de hielo convencional gasta por metro cuadrado lo mismo que una vivienda. La pista, por ejemplo, del Rockefeller que tiene 600 metros cuadrados pues gastaría lo mismo que 600 viviendas”, explica el director comercial de Xta-Ice, Álvaro Falcón.

Y es ahí donde esta joven empresa, Xtra-ice, encontró su oportunidad, desarrollando un hielo sintético que mejoraba el ya existente. ¿La fórmula? Una buena dosis de I+D+I de la mano del CSIC y la Universidad de Sevilla.

“Conseguimos revolucionar este mercado porque conseguimos poner dentro del panel que compone la pista un autolubricante que hace que la pista esté siempre sudando y siempre lubricada y que realmente se consiga patinar como en el hielo convencional”, explica Falcón.
Su próximo reto llevar estas pista a sus casa para que los tropezones queden de puertas para adentro. Eso sí, la honra tiene un precio: algo menos de 3.000 euros.