La Duquesa de Alba era residente fiscal en la comunidad de Madrid, concretamente, en el Palacio de Liria por lo que la recaudación del Impuesto de Sucesiones tras su muerte corresponde a Madrid y no a Andalucía.

Según ha adelantado la cabecera El Mundo, Cayetana Fitz-James Stuart era residente fiscal en Madrid. Así, la Duquesa de Alba eligió la Comunidad madrileña al mantener una presión fiscal menos elevada que la andaluza, lo que le permitió un sustancial ahorro cuando adelantó parte de la herencia a sus hijos tras prometerse con Alfonso Díez.

La Ley General Tributaria establece que la residencia habitual debe ser la fiscal, por lo que según la Junta de Andalucía, sería el Palacio de Dueñas su residencia habitual, aun así el Ejecutivo andaluz no ha dado señales públicas hasta ahora de que quiera disputar la recaudación a Madrid con respecto a la casa de Alba.

Aun así, el artículo 48 de la normativa vigente prevé que si el contribuyente realiza actividades económicas, «la Administración Tributaria podrá considerar como domicilio fiscal donde esté efectivamente la gestión administrativa», y la Duquesa de Alba tenía todas sus empresas domiciliadas en la capital de España, según aparece en el Registro Mercantil.

Según el informe Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2014 del Colegio de Economistas, la Junta andaluza figura entre las regiones que más penalizan fiscalmente las sucesiones y donaciones. Llega a aplicar un tipo del 36,5% cuando la base liquidable de lo que se recibe o hereda supera los 797.555 euros. Sin embargo, la Comunidad de Madrid ofrece una bonificación de hasta el 99%, siempre que la donación se formalice en documento público. A esto último se acogió la duquesa en 2011.