Hace hoy 96 años que la Audiencia Provincial de Sevilla, ubicada entonces en la Plaza de San Francisco de la capital hispalense, perdía casi la totalidad de los documentos judiciales y administrativos a consecuencia de un incendio.
Entre los que se salvaron se encuentran legajos que revelan historias de épocas en la que la esclavitud habitaba en Sevilla.
Un 6 de agosto de 1918, hace exactamente 96 años, “un incendio en la Audiencia Provincial de Sevilla haría que numerosos documentos perecieran por el efecto de las llamas”, recuerda hoy el Archivo Histórico Provincial de Sevilla.
Entre los legajos que se salvaron de la pira y que se han conservado hasta hoy, se encuentra un pleito de 1831 iniciado ante la Real Audiencia de Sevilla. La protragonista seríar María del Carmen, una esclava negra natural de Angola, casada y con una hija, que fue comprada en Lima por Antonio García y traída a Sevilla como ama de cría para sus hijos.
La esclava vendría a Sevilla sometida, pero con la esperanza de disfrutar de los privilegios de ser libre algún día. «Antonio García la compró prometiéndole a cambio la carta de libertad y su restitución a Lima», explica el documento. Hecho que nunca llegaría a ocurrir, pues una vez criado los hijos, Antonio García no cumpliría con su palabra y la echaría de casa hasta perecer de necesidad.
El archivo
El fondo documental y la Audiencia habían permanecido juntos en el edificio ubicado en la Plaza de San Francisco, exactamente en la actual sede de la Fundación Cajasol, hasta el fatídico incendio, momento en el que emprenden caminos diferentes.
“La institución se estableció temporalmente, hasta 1924, en el Palacio de Justicia de la calle Almirante Apodaca, actual sede del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, para volver a su sede tras la rehabilitación del edificio llevada a cabo por Aníbal González”, explica el Archivo Histórico en las redes sociales.
La parte histórica del archivo se dividió entre el Palacio Arzobispal y la sede de la Universidad de Sevilla, para a mediados del siglo XX regresar, a la sede de la Audiencia. En 1972 la Audiencia abandonó definitivamente su céntrico palacio y se estableció en el nuevo edificio que se había levantado en el Prado de San Sebastián para los Juzgados de Sevilla.