Gema Sancho

La formadora y coach profesional Gema Sancho ha asegurado que todas nuestras decisiones y comportamientos están influidos por nuestras emociones, «aunque a veces no nos demos cuenta».

La formadora y coach profesional Gema Sancho ha asegurado que el coaching nos ayuda a ser más conscientes de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, pensamientos, creencias y comportamientos, y de cómo estos comportamientos influyen en los demás. Aprender a reconocer estas emociones en los otros nos ayuda a crear la relación de empatía necesaria para establecer una buena comunicación.

Sancho ha realizado estas declaraciones en el curso de ‘Coaching y gestión emocional’ que se está desarrollando en el marco de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona y que dirige.

El coaching es una herramienta para el desarrollo personal. Consiste en un proceso en el que un profesional o coach, utilizando una metodología específica basada fundamentalmente en la psicología, ayuda a su cliente o coachee a marcarse un objetivo de mejora, mejorar su autoconocimiento, flexibilizar su pensamiento, descubrir nuevas opciones y a trazar un plan de acción para alcanzar la meta propuesta.

En las relaciones hay siempre una parte que no depende de nosotros mismos, el comportamiento de los demás. “Sin embargo, podemos trabajar en lo que sí depende de nosotros, nuestros pensamientos, interpretaciones, emociones y acciones. Por otro lado, aprender a descubrir nuevos puntos de vista nos ayuda no sólo a entender mejor a los demás sino a cambiar en muchos casos nuestra propia percepción de la realidad y a descubrir nuevas opciones que nos ayuden en nuestra relación tanto a nivel laboral como familiar o social”, sostiene Gema.

El coaching resulta muy eficaz a la hora de gestionar nuestras emociones. Para ello, el primer paso es aprender a reconocerlas en nosotros mismos. Según ha explicado esta profesional, a través de sus preguntas, el coach nos ayuda a reflexionar acerca de lo que estamos sintiendo, cómo se refleja ese sentimiento en nuestro cuerpo, qué situación ha provocado esa emoción y cuál es nuestro comportamiento o reacción a esa emoción. A partir de ahí, el coachee puede ir flexibilizando su pensamiento, descubriendo diferentes formas de interpretar la situación y encontrando distintas opciones o estrategias que le ayuden a regular o gestionar esas emociones. A través del proceso de coaching, el coachee podrá establecer su propio plan de acción para ir dando pequeños pasos hacia la gestión de sus emociones.

Los beneficios que puede aportar el coaching son múltiples. Entre ellos, destaca la mejora del autoconocimiento, la generación de procesos de reflexión que llevan al descubrimiento de nuevos puntos de vista, la flexibilización de las creencias rígidas que limitan el propio desarrollo, la mejora la de la autoconfianza, el aumenta de la motivación, la transformación del diálogo interno haciéndolo potenciador, la mejora de las relaciones con los demás o el desarrollo de nuevas competencias.

Con respecto a si nos olvidamos de las emociones en nuestro día a día, Gema Sancho asegura que “somos seres emocionales y, por tanto, todas nuestras decisiones y comportamientos están influidos por nuestras emociones, aunque a veces no nos damos cuenta de ello. Muchas veces nos dejamos llevar por las emociones. No nos paramos a reflexionar acerca de lo que estamos sintiendo o lo que puede estar sintiendo la otra persona. Ser conscientes de ello nos ayudará a tomar el control de nuestra propia vida, sin dejar que sean las emociones las que nos superen”.

Sin embargo, no cree que existan carencias emocionales en la sociedad actual, aunque sí una falta de identificación de las emociones, tanto en nosotros mismos como en los demás. Eso crea falta de empatía y, por tanto, dificultades en la comunicación con los demás. “La falta de empatía se produce cuando no existe una verdadera escucha, atendiendo no sólo a lo que nos dice la otra persona sino también a las emociones que está experimentando. Habitualmente estamos muy centrados en nosotros mismos, en nuestras necesidades, juicios e interpretaciones y no somos capaces de ponernos en el lugar de los demás y, lo que es más importante, hacer que la otra persona sienta que efectivamente esto es así”, según la coach.

¿Y cómo influyen las emociones en el día a día? Según Gema Sancho, las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Pero además, nos predispone para actuar de una u otra manera. “No nos comunicamos ni nos comportamos igual cuando nos sentimos alegres que cuando estamos tristes o sentimos ira. Todos hemos experimentado días en los que un acontecimiento concreto nos provoca, por ejemplo, una emoción de alegría y esta emoción nos hace afrontar el resto del día desde una actitud diferente, mucho más positiva”, concluye.

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