Han sido arrestados tres menores que eran los cabecillas de esta organización juvenil que obligaba a pegar o recibir palizas para ingresar en la banda.

Agentes de Policía Nacional han desarticulado en Sevilla una banda juvenil afincada en el Cerro del Águila y que se dedicaba a amenazar y dar palizas a otros vecinos con el objetivo de marcar su territorio.

La banda contaba con más de 20 miembros de edades comprendidas entre los 13 y los 17 años y su funcionamiento se asemejaba al de las conocidas como bandas latinas: iban armados y sus miembros debían pasar una prueba de valor para ingresar en el grupo. Los tres cabecillas del grupo han sido detenidos por delitos de amenazas, lesiones y delitos contra la integridad moral.

Utilizaban armas blancas para intimidar a sus víctimas

De los hechos se tuvo conocimiento a raíz de varias denuncias interpuestas por padres de menores que habían recibido palizas a la salida del instituto por parte de otro grupo de menores que previamente les habían amenazado por teléfono.

El hecho significativo de que no se tratara de un único caso y de que tras estas palizas y amenazas hubiera un grupo organizado de individuos, todos ellos menores de edad, que actuaban con violencia sin un móvil aparente generó la hipótesis de la existencia de una banda juvenil organizada que se había afincado en este barrio de la ciudad de Sevilla en torno al cual actuaba este grupo.

Ante estas sospechas, la primera fase de la investigación consistió en comprobar la existencia real de este grupo para identificar a sus integrantes y conocer su modus operandi y funcionamiento interno, así como detener a los principales autores de los delitos de amenazas y lesiones que se habían producido.

Una de las primeras trabas con las que se toparon los investigadores fue el miedo de las víctimas ante las posibles represalias que pudieran tomar los integrantes de esta banda juvenil contra ellos, por lo que los agentes, con los escasos datos que tenían, pusieron en marcha un dispositivo policial en el barrio para detectar la actividad de este grupo e identificar a sus integrantes.

Durante esta fase, los agentes comprobaron cómo un grupo de jóvenes se reunían asiduamente en un parque público de la zona que tenían como centro de reunión en el que se llevaban a cabo una serie de rituales propios de las conocidas bandas latinas tal y como se deduce de la forma de ingreso en la banda: el nuevo miembro debía soportar la paliza de tres integrantes del grupo o propinar él mismo una paliza a una persona que el resto eligiera.

Esta banda se dedicaba a recorrer las calles del barrio golpeando y amenazando a cualquier persona a la que se aproximaran con el único objetivo de marcar su territorio para lo cual no dudaban en emplear algunos de ellos armas blancas con las que amedrentar a sus víctimas.

Los agresores eran defendidos por sus padres

Una vez identificados todos los miembros de esta banda juvenil se puso en marcha la siguiente fase para descubrir quienes eran los cabecillas del grupo y por ende los precursores de las agresiones y las amenazas que se estaban cometiendo contra menores a la salida de los centros escolares y el resto de personas con quienes se cruzaban por la calle.

De esta forma, fueron identificados un total de tres menores con edades comprendidas entre los 15 y 16 años que formaban la cúpula de esta banda juvenil y eran quienes designaban el rumbo y las actividades que debía tomar el grupo: hacia donde ir, en qué punto asentarse, a quien amenazar, humillar, ofender; elegir a quienes dar una paliza e, incluso, decidir quienes entraban a formar parte de la pandilla y quienes no.

Con estos menores identificados, se puso en marcha la fase final de la investigación para la detención de estos tres –a quienes se les incautaron varias armas blancas – y la comunicación tanto al Ministerio Fiscal como a los progenitores del resto de menores miembros de esta banda dando lugar a la defensa por parte de los padres de algunos de estos menores sobre las actividades delictivas que realizaban sus hijos.

Los tres menores detenidos, de los cuales uno de ellos ya contaban con antecedentes policiales previos por delitos de la misma naturaleza, han sido puestos a disposición de la Fiscalía de Menores para la instrucción de los expedientes correspondientes.

La investigación por su parte continúa abierta a fin de localizar a nuevas víctimas de este grupo delictivo que no hayan interpuesto denuncias por miedo a represalias; si bien, esta banda juvenil de carácter criminal ya ha sido desmantelada por completo.

www. SevillaActualidad.com