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Jornada de puertas abiertas en el Ayuntamiento de Sevilla

Los sevillanos celebran el próximo viernes la fiesta de su patrón, San Fernando. A algunos les suena la historia de que fue este monarca castellano el que arrebató la ciudad a los musulmanes a mediados del siglo XIII.

Sin embargo, son pocos los que conocen las intrigas políticas que motivaron su canonización 400 años después de su muerte. Con ellas, la Corona española pretendía reforzar un prestigio internacional que comenzaba a desmoronarse.

Cuenta la leyenda que Fernando III entró por primera vez a Sevilla de incógnito a través de la Puerta de la Carne. Conocer la capital del imperio almohade impactó al monarca. Al volver a su campamento dio orden de acelerar la conquista. Su tienda estaba instalada en lo que hoy es el barrio de San Bernardo. Todavía hoy las calles de esta zona de la ciudad, como Campamento o Santo Rey, hacen alusión a este episodio.

Tras la conquista de la ciudad en 1248 el rey castellano solo disfrutó cuatro años de Sevilla. La muerte le sorprendió en 1252 en la ciudad de la que se había enamorado a primera vista.

La fama de santidad le vino mucho, mucho después. Cuatro siglos después de su muerte, reinaba en España Carlos II ‘El Hechizado’. La monarquía española perdía el prestigio que sus antepasados se habían ganado. Los consejeros del rey decidieron impulsar, con la ayuda de la Iglesia Católica, una operación de propaganda política.

Luis XIV de Francia, el principal rival de España, ya contaba con un antepasado en los altares, San Luis de los Franceses. Carlos II no iba a ser menos, y por eso sus ministros pusieron todo su empeño en convencer al Papa de que contribuyera con una canonización a la ‘Marca España’.

Una vez conseguido el objetivo había que publicitarlo a toda costa. En esta ocasión fueron los artistas sevillanos los encargados de crear la imagen de Fernando III el Santo a través del arte. El pintor Bartolomé Esteban Murillo o el escultor Pedro Roldán no tenían la más mínima idea de qué aspecto físico tenía un rey que vivió 400 años antes que ellos. Por eso vistieron a Fernando III de Castilla como un rey de su época. Para entender el símil es como si un artista de hoy en día representara a San Fernando con vaqueros y camiseta.

El 30 de mayo los sevillanos celebrarán la festividad que recuerda a un patrón que comparte con otras ciudades españolas como Aranjuez. Este es uno de los cuatro días al año en el que la Capilla Real de la Catedral de Sevilla expone los restos del monarca castellano. Pocas semanas después, durante la procesión del Corpus, le veremos procesionar por las calles de la ciudad. Y los sevillanos reconocerán rápidamente su figura, a pesar de que la imagen que tenemos de él se inventó mucho después de su muerte.

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Historiador y Periodista. Cuando era pequeño se dio cuenta de que lo suyo era contar historias. Le da igual si sucedieron en otro siglo o hace cinco minutos. En Sevilla le enseñaron a amar el mito, en...