El Hospital Virgen del Rocío ha defendido que el indigente polaco que falleció el pasado octubre “sólo manifestaba querer comer y dormir bajo techo”.

El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha emitido un informe sobre la asistencia prestada el 2 de octubre de 2013 en el Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias a Piotr Piskozub, el joven polaco que falleció finalmente en el centro de acogida municipal después de haber sido dado de alta en dicho centro hospitalario, en el que defiende que su «problema» era de «ámbito social», ya que el paciente «solo manifestaba querer comer y dormir bajo techo».

En el informe elevado al Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, el coordinador de la unidad de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío relata que el joven polaco ingresó a las 00:29 horas y «fue inmediatamente valorado» por el profesional de enfermería asignado, quien, como es habitual, lo interrogó sobre el motivo de su consulta y las molestias que tuviera.

No obstante, el facultativo «no obtuvo ninguna demanda asistencial, sino quejas vagas respecto del abandono sufrido por su grupo de amigos», de manera que «en esas condiciones» el profesional «identificó el motivo de consulta como probable problemática social», asignando al paciente a una consulta donde se encontraba de guardia el facultativo interno residente de segundo año en medicina interna.

Este exploró al joven polaco, que «se encontraba consciente y orientado en espacio, tiempo y lugar» y que indicó al facultativo «su nombre, procedencia y que vivía en la calle, que no ingería alimentos y que bebía alcohol», pero «no expresó sintomatología alguna que orientara a problema orgánico», pues «lo único que refería es que deseaba comer y dormir bajo techo». A ello se suma que «presentaba aceptable estado general, estaba consciente, orientado y colaborador, sin fiebre», mientras que sólo presentaba una herida superficial en la rodilla izquierda, aunque dijo que ésta «no le suponía problema y que no experimentaba dolor».

No requería atención urgente

«En esas condiciones, dado que el paciente no tenía queja somática alguna, ni presentaba signos de proceso en curso que requiriera atención urgente, y estando plenamente convencido que su problema fundamental era social», el facultativo consultó con dos médicos adjuntos del servicio de Urgencias «para solicitar asesoramiento sobre los recursos sociales a ofertar a esta persona y el manejo de la herida apreciada en su rodilla izquierda, a pesar de que no se quejaba de ella». Los médicos adjuntos «tuvieron oportunidad de hablar» con el joven «y conocer de sus manifestaciones en el sentido de no requerir atención médica», y de hecho «al tratar de inspeccionar la herida de la rodilla», el paciente «se enfadó insistiendo en que no tenía problemas con esa lesión y que sólo requería alimentos y cobijo».

En relación a su estado físico, todos los profesionales sanitarios que intervinieron «manifiestan que estaba delgado, pero no caquéctico, con peso apreciable superior a los 30 kilos», por lo que «se concluyó que se trataba de un problema de ámbito social y que lo más acertado en ese momento era, siguiendo el protocolo establecido, ponerse en contacto» con la Unidad Municipal de Emergencias Sociales y Exclusión Social (Umies).

Le dieron el alta con neumonía

Posteriormente, el joven polaco se trasladó a la sala de espera y, más tarde, fue trasladado por personal de Umies al centro de atención municipal, pues «no precisaba de transporte sanitario, ya que deambulaba sin dificultad», siendo dado de alta a las 2,06 horas del 2 de octubre. Hay que recordar que el informe definitivo de la autopsia realizada a Piotr Piskozub concluye que la muerte «fue natural de etiología infecciosa» y se debió a una neumonía en un paciente que, además, «presenta tuberculosis miliar que afecta a pulmón, hígado y riñón».

En este sentido, fuentes de la acusación particular que ejerce la cooperativa Jarsia Abogados han indicado a agencias que las conclusiones médico-forenses aludidas «refuerzan nuestra tesis de que hubo una negligencia médica por parte de los médicos que atendieron la noche anterior» a Piotr, «ya que al no realizarle ninguna prueba médica y derivarlo a los servicios sociales no pudieron detectar que la enfermedad estaba tan avanzada».

Por ello, «entendemos como acusación particular que al menos indiciariamente ha existido una negligencia médica que puede dar lugar a responsabilidades penales por delitos contra la vida en grado de imprudencia», por lo que, próximamente, pedirá a la juez que llame a declarar como imputados a los facultativos médicos que atendieron esa noche a Piotr. El Juzgado se encuentra actualmente a la espera de que el Instituto de Medicina Legal (IML) emita el informe sobre la actuación médica y posible relación de causalidad con la muerte del finado, algo que le ha sido solicitado ya en varias ocasiones.

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