La Policía Nacional ha desarticulado un grupo criminal  afincado en Sevilla dedicado a cometer atracos en distintos establecimientos de la ciudad para lo cual sus integrantes no dudaban en emplear violencia sobre sus víctimas haciendo uso de armas blancas y de fuego.

Los tres integrantes de este grupo elegían sus objetivos entre establecimientos con escasas medidas de seguridad y esperaban a que recaudación de caja fuera cuantiosa para entrar en el local y hacerse con el botín para, posteriormente, huir en un vehículo propiedad de uno de ellos.

Armas de fuego para intimidar a sus víctimas

Los investigadores tuvieron conocimiento de los hechos a través de las denuncias interpuestas por las víctimas de dos atracos cometidos en distintos establecimientos de la ciudad cuyos asaltantes empleaban armas de fuego para intimidar a los empleados y armas blancas con las que les agredieron causándoles graves lesiones.

Desde el primer momento de la investigación, los agentes relacionaron ambos sucesos por la gran similitud de actuación por parte de los delincuentes que evidenciaban la existencia de un grupo criminal dedicado a cometer atracos en establecimientos.

Elegían sus potenciales objetivos entre negocios de la ciudad de Sevilla que contaban con escasas medidas de seguridad y esperaban el momento oportuno para cometer el asalto en función de las personas que se encontraran en el interior del local – una sola persona, normalmente un trabajador – y teniendo en cuenta la posible recaudación en ese momento.

Se desplazaban hasta las inmediaciones del local que iban a atracar en un vehículo propiedad de uno de ellos, y mientras uno esperaba en el coche para darse a la fuga una vez perpetrado el atraco, el resto entraba en el interior del establecimiento  y, mientras esgrimían armas de fuego, intimidaban a sus víctimas para que les entregaran la recaudación de la caja.

Causaron graves lesiones por arma blanca a una camarera

Los integrantes de este grupo criminal empleaban gran violencia física para conseguir su objetivo ilícito – hacerse con la recaudación y huir del lugar sin impedimento – y no dudaban en agredir a sus víctimas con un arma blanca como medida intimidatoria.

En los dos atracos cometidos por estos delincuentes, los empleados que se encontraban en el interior de sus respectivos establecimientos sufrieron heridas en sus extremidades sin que por su parte ofrecieran resistencia ante la actitud agresiva de los asaltantes, llegando incluso una  camarera a sufrir heridas graves en un brazo.

Las primeras gestiones de investigación realizadas por los agentes en función a los datos aportados por las víctimas, consiguieron identificar a los autores de los hechos constituido por tres jóvenes con edades comprendidas entre 24 y 26 años, vecinos de un conocido barrio sevillano y que se conocían desde la infancia.

Una vez identificados, se puso en marcha un dispositivo policial para la localización y detención de estos delincuentes que dio sus frutos con la detención de todos ellos en la vía pública.

Los detenidos, de los cuales tan sólo uno de ellos contaba con antecedentes policiales previos por delitos de la misma naturaleza, ya fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial, aunque la investigación continúa abierta ante la sospecha de la participación de estos delincuentes en otros robos con intimidación similares cometidos con arma blanca en la capital.