carlos usabiaga

Un estudio liderado por un catedrático de la UPO aborda la desigualdad económica que existen por razones de género.

Un equipo liderado desde la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, en el que participan la Universidad de Sevilla, la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Autónoma de Madrid, ha finalizado recientemente el estudio titulado “La segregación laboral de la mujer andaluza: indicadores, consecuencias y medidas hacia la igualdad de género”, financiado por el Centro de Estudios Andaluces en la convocatoria de ayudas a la investigación de 2012.

Este estudio, cuyo investigador principal es el catedrático de Economía de la UPO Carlos Usabiaga, aborda la desigualdad económica y, más concretamente, las diferencias laborales que existen por razón de género, cuestiones clave a las que se enfrenta la ciencia económica. En el mismo se recalca entre otros aspectos la existencia de un “gap” salarial entre mujeres y hombres. Las mujeres en Andalucía ganan, de término medio, 5.426 euros brutos anuales menos que los hombres; en comparación con el resto del Estado español, esta diferencia salarial sería menor en términos absolutos, aunque similar cuando se expresa en términos relativos.

Las conclusiones del estudio apuntan también que los análisis descriptivos llevados a cabo respecto de las grandes características generales del mercado de trabajo en Andalucía subrayan “claramente” la menor participación y tasa de empleo que presenta la mujer andaluza en relación con los hombres.

La investigación aborda tres grandes temas: la medición de la segregación laboral existente entre mujeres y hombres en Andalucía, la explicación de los determinantes de la segregación laboral observada y las implicaciones que se derivan de la existencia de este tipo de diferencias laborales por género, especialmente en términos de salarios y de satisfacción laboral.

De esta manera, también destaca la existencia de un contexto menos favorable en Andalucía para la conciliación familiar y profesional. Se observa que en la comunidad autónoma los hombres tienen una probabilidad casi ocho veces mayor que las mujeres de pertenecer a una ocupación masculinizada, frente a estar empleados en una ocupación integrada. Asimismo, en el caso andaluz, las mujeres obtienen una probabilidad de pertenecer a una ocupación feminizada casi cinco veces superior al caso de los hombres.

El empleo femenino está muy concentrado en las actividades relacionadas con la administración pública, la educación y la sanidad, pauta de ubicación laboral que sustenta, junto a otros factores, los niveles de segregación laboral por género observados en Andalucía.

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