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Honorio llegó a sufrir la amputación de un dedo y parte del dorso de una mano e innumerables cólicos nefríticos por una litiasis renal de más de un centímetro de diámetro, denuncia la APDHA.

Un Juzgado de Instrucción de Madrid ha admitido a trámite la denuncia por tortura y prevaricación de un preso contra varios altos cargos de Instituciones Penitenciarias. Este interno, que actualmente se encuentra en la prisión de Sevilla II, llegó a sufrir la amputación de un dedo y parte del dorso de una mano e innumerables cólicos nefríticos por una litiasis renal de más de un centímetro de diámetro, denuncia la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que le asiste jurídicamente.

De esta forma, el juez considera que los hechos que resultan de las actuaciones presentan características que hacen presumir la posible existencia de una infracción penal, por lo que ha incoado diligencias previas ordenando la práctica de varias diligencias de prueba solicitadas en la denuncia.

El juez ha solicitado oír al preso en declaración y ordena a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que remita copia de los expedientes de traslado desde el año 1998.

En prisión desde 1996

Honorio G.A., desde que ingresó en prisión en 1996, ha soportado una litiasis renal derecha de años de evolución, llegando a alcanzar más de un centímetro de diámetro, que le ha provocado frecuentes cólicos nefríticos complicados con dolor intensísimo. Además de la litiasis, ha padecido la enfermedad de Dupuytren, esta dolencia le ha provocado también dolores en los dedos de la mano, la inmovilización de los mismos y su retracción, sostiene la APDHA.

Sin embargo, cada vez que los especialistas de los diferentes hospitales públicos, tanto urólogos como cirujanos plásticos, han realizado los diagnósticos, pruebas médicas pertinentes, preoperatorios o señalado fecha de intervención —con conocimiento de los responsables de la Institución Penitenciaria, Director de cada centro penitenciario y médicos de prisiones que le trataban— se ha resuelto trasladarle de prisión, con la consecuente pérdida de validez de innumerables pruebas médicas y, hasta en cinco ocasiones, la pérdida de operaciones programadas.

Todo ello, mantiene la entidad humanitaria, le ha acarreado empezar de nuevo con la asistencia de los especialistas en diferentes hospitales, incluso de diferentes comunidades autónomas en algunos casos, con realización de nuevas pruebas médicas, nuevas valoraciones y nuevas previsiones de intervención que terminaban siendo fallidas por la decisión de un nuevo traslado.

Esto no sólo ha provocado imposibilitar durante años la sanación de sus dolencias sino que además ha provocado de manera directa el agravamiento de las enfermedades y lesiones irreparables, llegando a la amputación de un dedo y parte del dorso de una mano, y el padecimiento de dolores y sufrimientos constantes con cólicos nefríticos habituales. Honorio es artesano por lo que la amputación de parte de su mano le supone un dolor añadido.

Ha pasado por siete prisiones diferentes (Carabanchel, Herrera de la Mancha, Aranjuez, Soto del Real, Navalcarnero, Valdemoro y Sevilla II) y le han traslado hasta en ocho ocasiones desde el año 1996.

Honorio está incluido en el Fichero “FIES” (Fichero de internos de especial seguimiento) y se le intervienen todas las comunicaciones orales y escritas por realizar campañas reivindicativas en los últimos años contra la tortura y falta de asistencia médica en las prisiones, junto con grupos en el exterior de pretendida “ideología anarquista y antisistema” según IIPP, sin referir actividad delictiva alguna, denuncia la APDHA.

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