La Delegación de Servicios Sociales atiende una media de entre 10 y 15 mujeres. El programa tendrá una duración de siete meses.

La Delegación de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación ha firmado un convenio con Cruz Roja, mediante el que se le conceden 72.253,89 euros para la puesta en marcha del programa de inserción socio laboral de mujeres víctimas de violencia de género.

“Este programa responde al cumplimiento de lo establecido en la Ordenanza Municipal para luchar contra la Prostitución y la Trata con Fines de Explotación Sexual, así como a lo dispuesto en el I Plan Municipal para la Erradicación de la Trata, la Prostitución y otras formas de Explotación Sexual”, ha señalado la delegada de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación, Dolores De Pablo-Blanco, que ha añadido que “dicha ordenanza establece, que una cantidad del importe obtenido como consecuencia de las sanciones impuestas en aplicación de la ordenanza, sea destinada a la inserción, la formación y el empleo de las mujeres de este colectivo”.

De este modo, “para facilitar la inserción laboral de las mujeres que se encuentren en riesgo de exclusión social, se procede a la contratación de los servicios de Cruz Roja para que mediante un proceso de formación en el que se desarrollen acciones de empleo destinadas a mejorar la cualificación profesional y el desarrollo personal de las usuarias, contribuya a su recuperación social integral posibilitando el acceso al mercado laboral”, ha detallado De Pablo-Blanco, que ha destacado que se atienden entre 10 y 15 mujeres víctimas de violencia de género en exclusión social.

Mediante un itinerario de inserción sociolaboral, individualizado y realizado por personal especializado, se realizará un acompañamiento tutelado de la mujer en todo el proceso, persiguiendo objetivos como fomentar la independencia económica de las mujeres víctimas de violencia en exclusión social; facilitar herramientas personales para que puedan enfrentarse a las limitaciones de búsqueda de empleo; promover el descubrimiento y el desarrollo de su objetivo profesional facilitando en función del mismo su incorporación al mercado laboral, previo conocimiento de la realidad de dicho mercado; y promover el uso de las nuevas tecnologías para el acceso al mercado laboral.

“Todo el itinerario tendrá una duración de siete meses. Los procesos de orientación, formación y prácticas se ajustarán a las capacidades de las usuarias, por lo tanto han de ser flexibles, siempre ajustándose a esta temporalidad”, ha explicado De Pablo-Blanco.

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