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Los periodistas del decano de la prensa sevillana no trabajarán desde el lunes y hasta el viernes y dejan de firmar sus informaciones. Se quejan de la opacidad de una venta que no garantiza la viabilidad del periódico. El nuevo consejero delegado, en entredicho por sus antecedentes por estafa.

De la alegría al pesimismo en cuestión de horas. Así se resumen el estado de ánimo de los 53 profesionales que componen la plantilla de El Correo de Andalucía, el periódico decano de la prensa sevillana, después del opaco proceso de compraventa de la cabecera. El 29 de octubre, el propio medio hacía público el anuncio de que el grupo Abra Invest había adquirido la participación que el Grupo Gallardo tenía de El Correo, con lo que se convertía en su propietario. En el mismo aviso se advertía el nombre del nuevo consejero delegado, Diego Castrejón.

Muchos de los trabajadores recibieron la noticia con esperanza, después del impago de nóminas por parte del Grupo Alfonso Gallardo y la incertidumbre sobre el futuro del medio. Sin embargo, los pocos datos ofrecidos sobre el proceso de venta del medio, no auguraban nada bueno. Posteriormente, algunos periodistas de la cabecera empezaron a desvelar en las redes sociales que la transacción se había realizado por un euro, menos de lo que cuesta un ejemplar. Esto unido a las informaciones que provenían del nuevo consejero delegado, encendieron las alarmas.

Y es que, pese a la compra del nuevo grupo inversor, los trabajadores del decano de la prensa sevillana, El Correo de Andalucía, irán a la huelga la próxima semana. Una huelga de cinco días, desde lunes y hasta el viernes, que llega después de que se haya materializado la compra de la cabecera por parte de un nuevo grupo inversor pero que, según ha expresado el comité de empresa, no garantiza que sus trabajadores vayan a cobrar sus nóminas.

La convocatoria de huelga ha sido aprobada en asamblea por los trabajadores “a pesar del cambio de propiedad que ha sufrido la empresa editora”, recuerdan. Cinco días de huelga a los que se suman una huelga de firmas que se ha puesto en marcha esta misma tarde, según han anunciado varios de sus periodistas a través de sus cuentas personales en twitter. También se ha anunciado una concentración el lunes 4 de noviembre a las 12:00 horas en Plaza Nueva.

La plantilla del decano de la prensa sevillana recuerda que sigue padeciendo la misma situación que la llevó a la convocatoria de esta protesta, y que no se ha visto solventada con la adquisición del periódico por parte de una nueva empresa.

“Ni el antiguo propietario, el Grupo Alfonso Gallardo, ni el nuevo dueño nos han facilitado los detalles de la operación de venta, lo que no hace más que incrementar la incertidumbre de las 53 familias que conforman esta casa. Una preocupación que se suma al impago de la paga extra de verano, la nómina de septiembre y la de octubre”, denuncia el comité de empresa a través de un blog.

“El deseo de la plantilla y del comité es que esta situación se remedie lo antes posible para poder relanzar un producto informativo en cuya viabilidad económica y periodística creemos firmemente”, sostienen los trabajadores.

Cabe recordarse que en los últimos cuatro años se han sucedido las rebajas de sueldo, un ERE y un ERTE en la plantilla de trabajadores, que actualmente es de 53 empleados.

Diego Castrejón, nuevo consejero delegado con antecedentes por estafa

Tras conocerse que el Abra Invest era el nuevo propietario de El Correo, la cabecera anunció que Abra Invest había nombrado consejero delegado a Diego Israel Castrejón Barco, que hasta la fecha ha desarrollado sus labores profesionales en diferentes medios y cuyas últimas funciones fueron las de consejero delegado de Octopus Media Right. 

Entonces, ¿por qué la plantilla de El Correo está tan apesadumbrada y con tanto escepticismo después de la compra del medio por un nuevo grupo? Fundamentalmente, por la opacidad del proceso y los responsables implicados. Según informa este viernes eldiario.es en su edición andaluza, el nuevo consejero delegado de la cabecera decana fue condenado este año por un delito de estafa. A sus espaldas cuenta con una estancia en la cárcel por apropiación indebida y varios procesos judiciales en los que ha actuado como implicado.

Diego Castrejón, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Sevilla en una sentencia fechada el 23 de julio de 2013, por un delito de estafa. Según este medio, el juez consideró probado que el acusado, atribuyéndose falsamente la condición de representante de la entidad Dr. Music Festival, que organizaba el concierto del grupo U2 el 29 de septiembre de 2010 en Sevilla, pactó con el demandante un paquete de entradas preferentes para el evento por un importe de 4.532 euros.

Una vez recibido el importe de estas entradas en su cuenta bancaria, prosigue la sentencia, no atendió a su deber de entregarlas. «En el curso de una de estas conversaciones, que había degenerado en discusión, Diego Israel Castrejón Barco le dijo al demandante que le iba a mandar a dos colombianos para que le dieran dos tiros».

Sin embargo, aunque sí es el más destacable, el nuevo consejero delegado de El Correo se ha visto inmerso en otros procesos judiciales. Castrejón también estuvo imputado en el caso de financiación ilegal de IU en Camas e incluso cuenta con una estancia en prisión por un delito de apropiación indebida de la que salió en enero de 2006.

Castrejón Barco también cuenta con un dudoso precedente de compra de un periódico, en este caso, El Independiente de Cádiz, un proyecto pionero puesto en marcha de forma cooperativa por un grupo de periodistas en la provincia gaditana. Según eldiario.es, Castrejón Barco contactó con los responsables del proyecto, que estaba en situación de quiebra, y realizó una oferta para hacerse con la titularidad de la sociedad a cambio de asumir el pago de las nóminas de la plantilla, e incluso vinculó a su iniciativa algunos nombres relevantes del panorama periodístico andaluz. 

Castrejón Barco se presentó ante notario junto a los representantes de El Independiente para hacer efectivo el traspaso, que quedó condicionado al cumplimiento de un primer pago acordado en 50.000 euros. Después, como ha ocurrido con El Correo, visitó la redacción para presentar su proyecto de vocación andaluza formado por varias cabeceras, una suerte de «lobby andaluz».

Sin embargo, nada de esto se materializó. El Independiente de Cádiz llegó a publicar la información sobre el inicio de aquella supuesta nueva etapa pero Castrejón Barco nunca pagó el dinero prometido. «La situación fue surrealista. Le llamábamos para informarle de que la transferencia comprometida no llegaba, y él aseguraba que la había hecho, que debía ser un problema del banco». Fuentes del proyecto recuerdan que Castrejón Barco desapareció sin dar explicaciones ni dejar rastro alguno salvo la señal del móvil de empresa que le habían facilitado.

Apoyo de los líderes políticos

Nada más conocerse la convocatoria de huelga, en las redes sociales se ha canalizado la opinión de muchos sevillanos a favor de la supervivencia de la cabecera a través de la etiqueta ‘elcorreodeandaluciahacefalta’.

A los mensajes de ánimo a la plantilla se ha sumado el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, “porque El Correo lleva más de un siglo contando todo lo que pasa en Sevilla y merece seguir haciéndolo”, ha dicho en un tuit.

En parecidos términos se ha expresado el portavoz socialista Juan Espadas, quien ha mostrado “todo mi apoyo a los profesionales de El Correo en la defensa de sus puestos”.

Finalmente, el coordinador general de IU Andalucía, Antonio Maíllo, también ha expresado “mi apoyo, aliento y ánimo a los trabajadores en la defensa de la prensa profesional y digna”.

De igual modo, la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla ha mostrado su “apoyo y solidaridad a la plantilla de El Correo de Andalucía, periódico centenario de la ciudad que en los últimos meses lleva sufriendo una situación de inestabilidad y sucesivos Expedientes de Regulación de Empleo”.

Por este motivo, la facultad pide a los dueños del periódico “su compromiso para mantener los puestos de trabajo y la permanencia en la calle de la cabecera, así como claridad en cuanto a sus planes de futuro”.

“Hacemos llamamiento a la sociedad civil y a las instituciones públicas de la ciudad y de la comunidad para que se solidaricen con los compañeros de El Correo de Andalucía”, sostiene en un comunicado.

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