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Inicia una huelga de hambre por «un trabajo digno»

Eran las cuatro de la tarde y Mané Flores seguía sentado, como los últimos cuatro días, frente a la puerta del ayuntamiento en Plaza Nueva.

“En huelga de hambre por un trabajo digno” se puede leer en su pancarta bajo la cual espera a que el gobierno se pronuncie y mire por un problema que atañe a cientos de ciudadanos. Mané es un parado más del sistema español que, después de estar tres años sin trabajo y cansado de echar currículos, cogió su saco de dormir y se lanzó a la calle en busca de una respuesta institucional.

Su iniciativa surgió poco después de que Jorge, un bilbaíno recién licenciado en  Ingeniería de Camino, Canales y Puertos, se sentara frente a la Puerta del Sol en Madrid para pedir la dimisión del Gobierno. Sin embargo, Flores asegura que “no ha influido en su decisión porque era algo que tenía pensado desde mucho antes”.

“Mi objetivo es conseguir un trabajo no solo para mí, sino para toda la ciudadanía; que abran las bolsas de trabajo a nivel local y autonómico, y que los empresarios empiecen a dar trabajos dignos, sin explotación”.

A día de hoy ningún dirigente político ha emprendido acercamiento alguno, aunque Mané asegura que está recibiendo el apoyo de la policía local, de amigos y a través de las redes sociales.

“Esperaba que llegase más gente porque parados somos bastantes”. Recuerda el 15M como una fiesta multitudinaria que vivió el país hace dos años. “Caminé desde Sevilla a Madrid y todo se quedó en nada. Que se movilice más de un millón de personas y que al día siguiente no pasara nada, es como una huelga general. Así no cambiaremos las cosas”, asegura.

A la causa se han unido seis personas más entre Madrid, Zaragoza y Sevilla, pero reconoce que sus motivos son diferentes: “En Madrid están pidiendo la dimisión del gobierno, yo pido un incremento del trabajo”. Mané Flores, veterano en la militancia, aguarda cada día bajo el sol y la lluvia de octubre esperando una respuesta mientras intenta mantenerse activo y ocupado para no pensar demasiado en el hambre.

Hoy continúa su quinto día de huelga acompañado de libros y bebidas con azúcares y sales minerales. “Estoy convencido de lo que tengo que hacer, esto es una lucha social y tengo que seguir”. Las horas pasan muy despacio para Mané mientras los viandantes continúan su camino casi sin percibirlo porque el seguirá hasta el final “cueste lo que cueste”. 

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