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El Parque Científico y Tecnológico cumple este domingo dos décadas. En este tiempo, ha pasado de nacer con seis empresas a contar con 345 ya instaladas. El objetivo inicial del proyecto era que sus empresas fueran capaces de generar 3.000 empleos directos. Hoy rozan los 15.000.

El 13 de octubre de 1993, con la celebración de la jornada ‘Innovar la Innovación. Tecnópolis del futuro’, nació el Parque Científico y Tecnológico Cartuja. Su objetivo prioritario fue aportar un nuevo impulso a la industrialización y a la economía andaluza. Enclavado en un espacio con unas condiciones infraestructurales de excelencia, el Parque Cartuja 93 (ahora Parque Científico y Tecnológico Cartuja) se erigía como un enorme atractivo para empresas y centros de investigación de la época.

La idea de reutilizar los activos de la Exposición de 1992 para su uso como Parque Científico y Tecnológico no surgió después de la Expo. Este proyecto se estaba meditando desde el año 1986. Así, en el Esquema de Ordenación del Área de Actuación Urbanística de La Cartuja, formulado ya en ese año por la Consejería de Obras Públicas, se hablaba del recinto como “un gran parque metropolitano equipado y en el que preferentemente se integren equipos culturales, recreativos, deportivos, científicos y docentes”.

Fue en 1989 cuando la Junta de Andalucía, a través del Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), encargó a un grupo de especialistas de las Universidades de Sevilla, Málaga y Autónoma de Madrid, así como de la Sociedad Estatal Expo’92, el ‘Proyecto de Investigación sobre Nuevas Tecnologías en Andalucía’ (PINTA), bajo la dirección de Manuel Castells y Peter Hall.

En el Proyecto PINTA se incluye como actuación singular el Proyecto Cartuja 93 como propuesta de creación de un medio de Innovación Tecnológica para Andalucía en el recinto de la Exposición Universal de 1992.

Un año antes, en 1988, la Sociedad Estatal Expo’92 había planteado a los países y empresas participantes la posibilidad de construir pabellones permanentes, siempre que su utilización posterior se integrase en un conjunto Científico y Tecnológico. En marzo de ese año esta sociedad edita el trabajo ‘Un nuevo modelo de Exposición’, donde se establecía como uno de los objetivos básicos de la organizadora la optimización de las redes de infraestructuras avanzadas como “un atractivo emplazamiento para centros de investigación y difusión científica y de empresas innovadoras de alta tecnología”. Se dejaron, pues, a un lado, los criterios de mera rentabilidad económica y se pensó en el futuro: actividades a englobar bajo el concepto de Parque Científico y Tecnológico.

La constitución de un medio de Innovación aportaría a Sevilla y al conjunto de Andalucía un apoyo considerable al desarrollo económico por la vía de la creación y difusión de tecnologías de la Innovación. La demanda, además, acompañó el éxito inicial del proyecto, ya que la sociedad gestora duplicó la oferta inmobiliaria prevista inicialmente y en un periodo, además, de incipiente crisis económica, a mitad de los años 90.

Cartuja 93 (desde 2010 denominado PCT Cartuja) nació con seis empresas instaladas y con otras 28 en fase de instalación, estando ya autorizadas para ello. Sus primeros gestores calcularon que, con el recinto a pleno rendimiento, el Parque podría generar un empleo directo de 3.000 trabajadores.

Estas previsiones, veinte años después, se han superado ampliamente. Así, el PCT Cartuja está conformado en la actualidad por 345 empresas y entidades, que generan casi 15.000 puestos de trabajo y una actividad económica cercana a los 1.900 millones de euros.

El recinto cuenta con una edificabilidad de 497.808 m2 construibles, de los que están en uso 361.685 m2. El resto se encuentra en obras o adjudicados.

Los retos de futuro pasan por la aportación de soluciones efectivas de movilidad, fomentando el transporte público en el recinto (líneas urbanas de autobuses y apoyando la estrategia de conexión de la Red de Cercanías de Renfe con la Línea de Metro de Sevilla).

A nivel empresarial, se trabaja en la atracción de nuevas empresas que generen empleo de alta cualificación y en la prestación de nuevos servicios de valor añadido para dinamizar la actividad de las empresas y potenciar las sinergias y la transferencia de tecnología.

La internacionalización será prioritaria en el futuro más cercano. Cartuja 93, sociedad gestora del PCT Cartuja, quiere aprovechar el alto grado de presencia internacional de las empresas y entidades del recinto, ya que el 25% de las empresas tecnológicas tienen sede en el extranjero y más del 50% tienen actividad en el exterior.

Para su directora general, Teresa Sáez, “el proyecto inicial, cuya prioridad era crear un ecosistema innovador para albergar empresas tecnológicas, centros de investigación y formación, mantiene su vigencia. La única diferencia es que el PCT Cartuja es un recinto ampliamente consolidado, que trabaja por irradiar su conocimiento y sinergias al resto de Andalucía”.

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