El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Área de Parques y Jardines de la Delegación de Transición Ecológica y Deportes, ha culminado la restauración de la Glorieta Miguel de Cervantes del Parque de María Luisa con una inversión de 35.584 euros. Este nuevo proyecto ejecutado en el jardín histórico ha tenido como objetivo recuperar un espacio proyectado por Aníbal González que se encuentra ubicado junto al Pabellón Real.

La intervención se enmarca dentro del programa de mejoras que se ha llevado a cabo en el Parque de María Luisa durante los últimos años, como la recuperación de las victorias aladas, la glorieta Mas y Prats, la Glorieta de Bécquer, así como las mejoras en caminos y senderos.

Compendio de arte regionalista

La Glorieta de Cervantes supone, junto a la limítrofe Plaza de América, un compendio del arte regionalista por el uso de materiales como la cerámica, la combinación con piezas vidriadas o los morteros de cal como elementos decorativos propiamente sevillanos. Mantiene la forma octogonal presidida por un ejemplar de araucaria de grandes dimensiones cuyo alcorque se ha ampliado.

Alrededor del mismo se encuentran cuatro bancos decorados con piezas del pintor ceramista Pedro Borrego Bocanegra. Definen algunas de las escenas más representativas del Don Quijote de la Mancha a partir de pequeñas viñetas presentadas en formato comic que se han recuperado con tratamientos personalizados acorde a su superficie. Además, se han restaurado aquellas que se encontraban deterioradas o perdidas. En uno de los laterales se define la firma del Miguel de Cervantes y una firma del autor.

Esculturas de Quijote y Sancho

Una de las actuaciones más relevantes se ha diseñado en los dos anaqueles de las zonas norte y sur, perpendiculares a los accesos, donde se han reproducido dos esculturas de Quijote y Sancho que presiden sendas librerías y que ocupan el lugar de los originales, catalogados y preservados debido a su valor desde hacía muchos años, por lo que pueden volver a visitarse. 

Se detallan igualmente diferentes leyendas perimetrales en torno a los bancos, de ladrillo tallado, y las dos alturas del suelo, entre las que resultan llamativas las referencias a la Exposición Hispanoamericana, denominación precedente a la ampliada Exposición Iberoamericana de 1929 que incorporó a países que no hablaban español, ya que la ejecución de la plaza tuvo lugar en 1913. Sobre el ladrillo visto se ha procedido a tratamientos de limpieza, sellado de uniones de fábrica, consolidación y colocación de nuevos tratamientos.