Sarna

Los dermatólogos de Sevilla advierten del aumento de casos de sarna que se están viviendo. Los estrictos confinamientos, el impacto del covid-19 en los centros sanitarios o la saturación de estos han traído consigo un incremento en la presencia de dolencias. Una de las enfermedades que han incrementado es la escabiosis, más conocida como sarna, que ya en 2020 estaba desatendida y se trata de una infección cutánea contagiosa provocada por ácaros y que origina intensos picores.

Aunque los diagnósticos de sarna hayan continuado en las consultas, durante la pandemia, especialmente los meses de confinamiento, este trastorno se ha incrementado enormemente. Esta infección se transmite en muchos casos a través de relaciones sexuales.

Julián Conejo-Mir, dermatólogo en el Hospital Virgen del Rocío, advierte a través de su Twitter de lesiones por sarna en niños. Informa, además, del disparo de estos ácaros motivado por la pandemia (al menos en Sevilla).

Esta infección es fácil de diagnosticar para los especialistas debido a que las lesiones que aparecen en la piel es inconfundible a simple vista o con la utilización de un dermatoscopio, una especie de lupa con luz incorporada. A través de esta lupa, los especialistas pueden ver el túnel por el que el ácaro se mueve.

Es una infección que provoca estigma, por ello muchas veces hay casos no declarados por vergüenza o identificación tardía, retrasando o complicando así el tratamiento; sin embargo, esta infección se pega con el contacto piel con piel. Es una lesión que se vincula directamente con el amontonamiento de personas en un mismo lugar.

Picor, irritación y sarpullidos

La aparición de este ácaro provoca picor, irritación y sarpullidos; su aparición es progresiva. Las zonas donde aparecen estas lesiones cutáneas son las muñecas y los tobillos; si se ha contagiado a través de relaciones sexuales, los genitales. En las mujeres, las mamas. Peculiarmente, en las plantas de las manos y de los pies en el caso de los bebés y niños pequeños, al estilo de lesiones de púrpura.

En cuanto al tratamiento, la sarna se trata con permetrina, una pomada que se debe aplicar una vez a la semana durante todo el tiempo que dura la incubación de los huevos de los ácaros para conseguir eliminarlos completamente.

Sin embargo, se usa ivermectina, que es a través de ingesta por vía oral, cuando la sarna está muy arraigada debido a no acudir temprano o el tardío diagnóstico. También se observa un aumento de casos de acarofobia. La acarofobia trata de que pacientes que ya están curados de sarna, siguen teniendo sensación de que el ácaro anda por la piel como si se tratase de un animal, provocando así la obsesión en el paciente y prolongando el tratamiento.

Cabe recordar que este tratamiento no deja de ser a través de insecticidas y puede provocar más irritación en la piel. Estas irritaciones en la piel llevan a que el paciente continúe con los picores.

Periodista. Titulada en Mediación Comunicativa y escritora.