Los vecinos del edificio Pinillos de Sevilla han logrado volver a sus hogares tras ser desalojados de manera «violenta e ilegal» por una empresa de desokupación. Esta se encontraría vinculada a la extrema derecha y había sido contratada por la propietaria de los pisos del edificio Pinillos de Sevilla, según informa la organización Antifascistas Sevilla.

Sin embargo, «y gracias a la orden de un juez que considera este desalojo ilegal, los habitantes de estas viviendas lograron entrar en sus casas sobre las 0:00 horas», detalla la organización Antifascistas Sevilla en un comunicado. Las seis vecinas desalojadas vuelven a su hogar tras más de 12 horas de incertidumbre.

«Finalmente y gracias a una orden del juez que considera este desalojo ilegal, los habitantes de estas viviendas lograron entrar en sus casas sobre las 0.00 horas de la noche», ha concretado la organización que detalla el caso. Estas vecinas vuelven a su hogar tras más de 12 horas de incertidumbre y nervios causado por la entidad.

Un butrón para entrar

«En la mañana del 28 de octubre, sobre las 12:00 horas, cinco integrantes de la empresa ilegal Desokupa Express irrumpen en el edificio número 13 de la calle Luis Cadarso, allanando las viviendas de forma violenta con el fin de expulsar de ella a sus habitantes», informa la organización informante.

«Accedieron a través de un butrón que ellos mismos hicieron y entraron destrozando puertas y mobiliario, utilizando para ello machotas y bates de béisbol. Con esta actitud obligaron a abandonar el edificio a las habitantes del mismo, ocasionándole golpes, rompiéndole la ropa, empujándolas y tirándolas por las escaleras», continúan.

«Una vez desalojadas las viviendas de forma absolutamente ilegal y agresiva, los desokupas se atrincheran en el mismo impidiendo que cualquiera entre o salga habiéndose quedado los animales y todas las pertenencias de las habitantes dentro».

La organización cuenta que «dos personas disfrazadas de guarda de seguridad» se agolparon en una calle perpendicular «impidiendo a las convivientes» que entraran o salieran. Una de estas mujeres, detallan, era «de avanzada edad que pagaba alquiler de renta antigua».

La llegada de la Policía

Según la información de la organización, la policía actuó «con una pasividad abrumadora», alegando que no hicieron nada al respecto cuando la empresa desokupa apareció con armas. Además, los agentes permitieron a uno de los integrantes entrar al edificio mientras los habitantes recogían sus pertenencias antes de marcharse. «Todo esto a sabiendas de la ilegalidad del suceso, sin orden de desalojo, sin juicio previo», indican.

«En la última entrada al edificio, los agentes de policía acompañados de uno de los desokupas cerraron la puerta por dentro y la apuntalaron, haciendo imposible la entrada y salieron por el mismo agujero que los desokupas habían abierto previamente para allanar las viviendas. El agujero ha sido tapiado, impidiendo que las habitantes puedan volver a entrar en sus casas, y dejando las viviendas cerradas después de más de una década siendo habitadas», lamentan.

Desde la organización cuentan que muchos de los habitantes desalojados tuvieron que ser atendidos en un centro de salud debido a las lesiones causadas durante la desokupación.

Triunfo vecinal

Finalmente, y gracias a una orden del juez que considera este desalojo ilegal, los habitantes de estas viviendas lograron entrar en sus casas ya sobre las 0:00 horas. Desde la organización alegan que esta empresa, contratada por la constructora del edificio, no es la primera vez que recurre a esta empresa de desalojos.

Asimismo, critican que «esta situación no solo afecta a los habitantes de este edificio, sino al resto de vecinos del barrio, que nos manifiestan de forma directa que se sienten intimidados con la presencia de estos Desokupas, y que temen los actos violentos de los mismos, expresándonos su apoyo e incluso acompañándonos a los activistas que nos encontramos en la puerta del edificio apoyando a las personas desalojadas».

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.