Un hombre ha sido condenado a once años de prisión y a indemnizar con 10.000 euros a su hija menor de edad por abusar sexualmente de ella en 2017 en Sevilla. Asimismo, el condenado no podrá acercarse a su hija a menos de 500 metros ni comunicarse con ella durante 18 años, y se le privará de su patria potestad durante tres.

Desde el pasado mes de mayo de 2017, y hasta el mes de agosto del mismo, aproximadamente, el procesado «con motivo de satisfacer de forma habitual sus deseos sexuales», aprovechaba el régimen de visitas con sus hijos para abusar sexualmente de su hija menor, de 12 años de edad.

El padre, aprovechando los momentos en los que se quedaban a solas, tumbaba a su hija en el colchón y tras decirle «te voy a enseñar», «le tocaba los pechos apretándoselos». No satisfecho, le metía «la mano por dentro de su ropa y le tocaba sus genitales». En ocasiones, también «le daba besos en la boca y le chupaba los pezones y la vagina», expresa la sentencia del TSJA.

Vacaciones en Chipiona

Asimismo, el encausado, durante unas vacaciones en Chipiona con amigos en el mes de junio, abusó nuevamente de la menor. Aprovechando que estaban en la playa, y mientras su hijo dormía y nadie los veía, se tumbó al lado de su hija y le dijo en voz baja: «no quieres novio, pues toma novio». Acto seguido, «le tocó los pechos e introdujo su mano entre la ropa interior tocándole la vagina».

También durante los períodos vacacionales que siguieron al episodio en Chipiona, al quedarse a solas y tras hacerle iguales tocamientos, «se desnudaba él, y colocándose encima de ella, empujaba su pene erecto en la entrada de la vagina sin llegar a penetrarla por completo mas allá de la zona vestibular, causándole dolor a la menor. Ella «se lo hacía saber a su padre, que sólo se retiraba para eyacular fuera».

Le pedía que no contara nada o su madre los mataría

«Después de realizar las anteriores acciones sexuales, el procesado le decía a su hija que no le podía contar a nadie lo que le hacía, ni siquiera a su madre, porque si no él iría a la cárcel, y su madre los mataría a los dos».

Sin embargo, y a fin de seguir visitando a su padre, «el 4 de septiembre de 2017 le
contó a su madre lo ocurrido
en los meses anteriores, presentando la presente
denuncia. Ese mismo día, la menor presentó en la exploración ginecológica una
dilatación de dos centímetros en el introito vaginal, como consecuencia de los
actos sexuales realizados por su padre».

Ansiedad, depresión y pérdida de sueño

«Hasta el presente, la menor ha precisado y sigue precisando tratamiento psicológico como consecuencia del estrés postraumático que los hechos referidos le ocasionaron y que le generaron una alteración de su estado anímico». La menor presenta cuadros de ansiedad, irritabilidad, hipervigilancia, cansancio, tristeza y llanto frecuente.

Además, ha perdido peso, siente culpa y vergüenza por haber contado la situación, teme a la represalias que el padre pueda tomar por haberlo contado y ha descendido su rendimiento académico.

A día de hoy muchos de esos síntomas han mejorado significativamente, aunque siguen persistiendo los síntomas de ansiedad, especialmente en forma de crisis, miedo a encontrarse con su padre, el bajo rendimiento académico.

Por todo ello, el TSJA ha rechazado el recurso de apelación impuesto por la defensa del acusado y reitera su condena de once años de prisión junto con la indemnización de 10.000 euros. Se le impone, además, libertad vigilada durante seis años, y el tercer grado una vez cumpla la mitad de la condena.

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.