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Investigadores de la US diseñan un programa de actuación para prevenir el bullying y cyberbullying que disminuye los niveles de agresión entre los jóvenes.

La Universidad de Sevilla ha diseñado este programa de actuación para prevenir estos tipos de acoso, en ocasiones invisibles para padres y profesorado. El acoso entre escolares (bullying en su expresión inglesa) es un fenómeno de agresión injustificada entre iguales en el contexto escolar, caracterizado por su persistencia en el tiempo, intencionalidad de la agresión y desequilibrio de poder entre agresor/es y víctima.

En los últimos años, las formas que adoptan las relaciones interpersonales juveniles han incluido drásticamente el uso de dispositivos digitales para la comunicación y, muy especialmente, los contactos a través de las redes sociales virtuales. Así, muchos de los problemas relacionales escolares y juveniles han encontrado un escenario virtual que ha ido desplazando algunos casos de bullying a lo que hoy llamamos cyberbullying (ciberacoso).

Sin que el fenómeno bullying haya desaparecido, emerge un fenómeno que comparte su esencia de conducta de agresión injustificada e intencionada pero que posee ciertas características propias derivadas del entorno virtual, tales como el anonimato y la enorme audiencia potencial.

Ante esta situación, un grupo de investigadores de las universidades de Sevilla, Córdoba, Jaén y Greenwich ha desarrollado el Programa ConRed con la intención de potenciar el uso seguro de las redes sociales y prevenir el ciberbullying. Para ello, se desarrollan sesiones de trabajo con el alumnado, el profesorado y las familias con los que se ha conseguido disminuir los niveles de agresión y victimización entre los jóvenes, reducir la dependencia a las redes sociales por internet, que los estudiantes tengan una percepción más ajustada de la información personal que publican, así como mejorar la calidad de vida física, el clima del aula y disminuir también los casos de bullying.

Para ello se llevó a cabo una investigación previa en la que estudiantes de Educación Secundaria contestaron un cuestionario para conocer en qué medida la implicación en bullying tradicional y en cyberbullying podían ser factores de riesgo para la permanencia en ese mismo rol y/o la implicación en otros roles diferentes a lo largo del tiempo. Los resultados mostraron un importante solapamiento entre los fenómenos bullying y cyberbullying, evidenciando cierta coherencia y continuidad entre la vida física y la virtual.

“No son mundos distintos, sino que lo que ocurre en la vida real en muchas ocasiones se traslada también al espacio virtual, sin embargo al contrario no se da en igual medida”, ha señalado la profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla Rosario Del Rey Alamillo, miembro de esta investigación y representante de España en la Acción COST sobre ciberbullying y el uso de redes sociales virtuales.

En este contexto, Del Rey ha añadido que “el problema es que los niños han aprendido solos a relacionarse en las redes sociales virtuales y no tienen conciencia del daño que pueden causar a un tercero, por un lado; y por otro, los adultos no conocen bien estas redes y por ello se les escapa la gravedad de los casos”.

“Las relaciones virtuales nunca van a poder suplantar las relaciones físicas a pesar de que hoy día se descuiden, en la red podemos manipular nuestra identidad, lo que hacemos y lo que decimos y esto quita realidad a quien somos”, ha opinado Del Rey.

Nuevas formas de acoso

Los expertos señalan que no toda la violencia que hay en internet es cyberbullying y alertan de que en los últimos cinco años han ido emergiendo distintas formas de acoso a través de las nuevas tecnologías. En este sentido Del Rey habla de tres conceptos, hasta ahora menos conocidos, como son el sexting o difusión de material fotográfico o audiovisual de contenido erótico-sexual sin el consentimiento de la persona implicada; el grooming cuando un adulto trata de coartar e intimidar a un menor a través de las redes sociales con el objetivo de establecer contactos sexuales virtuales y/o físicos; y el gossip (murmuración en inglés) o rumores que se difunden por las redes sociales y que acaban “machacando” la imagen de esa persona sea o no cierto lo que se dice.

“Todos son modelos de violencia a través de la red pero los factores de riesgo y la manera de actuar y de prevenir, por tanto también debe ser distinta” ha explicado esta investigadora de la US.

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